Modesto Rangel presentó ayer su Etica social para estudiantes en un mundo globalizado , un libro de texto pero asequible para divulgar lo que es la ética entre los más jóvenes, publicado por Abecedario. Peter Maeseneire se encargó de presentar al autor.

--Este libro viene estupendamente en los tiempos que corren. ¿No cree?

--Por eso se ha publicado. La sociedad actual demanda este tipo de textos.

--¿Cuáles son las principales carencias?

--Una de los asuntos que más me preocupan es la categorización de los jóvenes del concepto ´ciudadanía´, o sea, que aprendamos a ser ciudadanos. Todos los políticos hablan de este tema, pero a los muchachos no les llega. Parece que el ser ciudadano es un ser extraterrestre.

--¿La carencia de valores se traduce también en una carencia de hábitos de lectura?

--Efectivamente. Todo lo que viene a continuación producido porque no sabemos ser ciudadanos va relacionado con eso. No digo que los jóvenes no tengan valores, pero es verdad que hay una contravalores que se están imponiendo: el consumismo, la pasividad, el hedonismo... Los valores interesantes, los que nos hacen ser seres humanos, como el deber, el cumplir con la sociedad, creer en la democracia y los derechos humanos están ahí, pero se olvidan y se diluyen en el maremagnum de la falta de responsabilidad.

--¿Cómo los fomentamos?

--Este libro es un pequeño manual donde se pueden enterar perfectamente de lo que son. Puede leerse muy bien, no es un texto de ética al estilo clásico.

--¿Y cómo hacemos que los jóvenes lean más?

--Supongo que una parte debe hacerse desde las aulas y otra en casa. En la docencia debemos fomentar lecturas que les produzcan aprendizajes significativos. Porque a veces no entienden los textos clásicos. El profesor debe tener mano izquierda para obligar a leer éstos pero también hay que motivarles con lecturas menos academicistas.