A Carolina Fernández ‘La Chispa’ (Mérida, 1986) la conocemos bien los aficionados y artistas del mundo del flamenco extremeño. Al grupo al que, desde mayo, esta emeritense aporta su voz flamenca, Las Migas, van a descubrirlo, si no lo han hecho ya, el público de Argentina, Colombia, Chile, USA o Centroeuropa en una gira internacional de más de 60 conciertos.

Un paseo por el mundo para estas cuatro mujeres, que configuran un cuarteto de flamencas de Barcelona, Sevilla, Córdoba y Mérida. Marta Robles (fundadora y guitarrista), Alicia Grillo (guitarrista), Roser Loscos (violinista) y, como novedad, la voz de la emeritense Carolina Fernandez ‘La Chispa’. Una incorporación extremeña para «volver a los sonidos flamencos del principio, y a su vez, abrirnos a un mundo de nuevas sonoridades», aseguran. Una voz diferente, un nuevo color a la música de estas mujeres, y una cita: la presentación, esta noche, de su nuevo trabajo, Cuatro, en el Teatro Flamenco de Madrid. Un disco muy flamenco con nuevos toques electrónicos, virtuoso y alegre en un teatro, que es un regalo para los sentidos: programación sin altibajos de calidad, buen gusto y presentaciones de discos como éste. Si la miga es la ‘pata negra’ del pan, prepárense para saborearlo: al disco, y al teatro. Pasen y lean.

--¿Cómo ha llegado hasta aquí?, ¿cómo ha sido esta aventura?

--Conocía a Marta Robles, la fundadora del grupo por las redes sociales, y a través de ellas empezamos a hablar. En mitad de la Gira, de repente, necesitan una vocalista para terminarla y ahí empezó todo: ¡contaron conmigo, y desde entonces sigo ahí! Tenemos mucha complicidad entre nosotras, ¡mire! hemos estado de Gira, ¡y no hemos parado!

--¿Seguías a Las Migas?

--Sí, sí, es un grupo que conocía desde que estaba Silvia Pérez Cruz, pero jamás pude imaginar que pudiera formar parte de el, y convertirme en la nueva vocalista. Llegó el primer concierto, ¡y me lo tuve que preparar todo en poco tiempo!, además, en una época en la que tenía mucho trabajo… pero saqué tiempo de donde no lo tenía, ¡y todas! ante un ‘bolo’ que teníamos en tres días…, salió todo genial, todo perfecto. Luego durante la gira cantábamos un día si, y otro no, así que ensayábamos todos los días.

--¿Qué se siente cuando una se convierte en la voz de un grupo de más de 15 años de carrera, y además, nominado a los Latin Grammy por su anterior disco?

--Siento muchísima responsabilidad, y con ese gusanillo de querer siempre dar más. De las anteriores vocalistas: Silvia Pérez Cruz, Alba Carmona o la última de ellas, Begoña Salazar…, siempre he admirado sus voces y su música.

--¿Y qué es lo que más le sorprende de lo que está viviendo?

--Me sorprende el nivel de trabajo, la disciplina que tienen, la organización…, todo es como muy cuadraíto. Yo no estoy acostumbrada a todo esto. La preparación, programación…, nunca lo había vivido antes. Yo siempre he trabajado mucho y he estado en muchos sitios, pero esta promoción me llama la atención. ¡Como nunca he colaborado en ningún disco, nunca he vivido esta forma de trabajar…!

--Canciones de otros discos y dos trabajos inéditos, ¿cuál esa la miga de ‘Cuatro’?

--Destacaría el flamenco, que es la base, eso sí, con influencias de otras músicas. Este disco, es verdad, que es un poco más vanguardista, tiene más fusión, y contiene más música electrónica, pero no deja de sonar flamenco. Siempre está la pincelaíta, hay tangos, bulerías… y luego en lo directos, sobre el escenario, que es donde hacemos más cositas flamencas. En Las Migas haya muchas influencias pero el flamenco siempre está.

--Os presentan como cuatro mujeres músicas, guerreras y viajeras. ¿Con cuál se siente más identificada?

--(Se ríe) Yo, me veo más guerrera y sobre todo a la hora del ‘bolo’, a la hora de subirme a un escenario. Me considero muy intensa y siempre salgo a darlo todo.

--Hoy presentan el disco en el Teatro Flamenco de Madrid, ¿cómo se siente?

--Me siento privilegiada, es uno de esos regalos que te da esta profesión, el formar parte de este grupo y poder darlo todo en escenarios como el de este teatro. Hace poco estuvimos en el Festival On Fire de Pamplona y para mí, imagínese, fue increíble. Estaba muy nerviosa y además, con la sorpresa de poder cantar junto al guitarrista de los Ketama, Luismi Carmona. Estar junto a José Mercé, Tomate…, me sentía privilegiada…, y ¡como me trataron! ¡cómo una más!, y yo no me sentía una más como ellos…, también me ha pasado en el Festival Esperanza de Barcelona con Amparanoia, Marina de Ojos de Brujo…, música que he escuchado hace años y eso, de tenerlas en el escenario conmigo tratándote de igual a igual… ¡es todo un privilegio!

--¿Cuáles son las virtudes de Las Migas?

--Que son muy trabajadores, constantes y tienen una convivencia genial. Hemos congeniado todas muy bien, y es algo que hay que valorarlo. Nosotras hemos tenido suerte en ese aspecto.

--¿Cómo se ve en 15 años?

--Ni lo sé, ni me lo planteo, no pienso en el futuro. Solo vivo en el presente, viviendo en la música, y ahora, disfrutando de esta compañía de mujeres y artistas espléndidas. También hace quince años no me planté que ahora estaría aquí…

--¿Se ve Extremadura muy lejos cuando se está en el escenario?

--Claro que no, Extremadura siempre está conmigo, en mí día a día. En mi forma de hablar, en mi acento. Yo a Extremadura siempre la siento cerca y la llevo conmigo. En los descansos siempre canto mis cosas, mis tangos y mis jaleos…

--¿Y para cuando hacerlo en el escenario?

--Aún no, ¡pero no lo descarto!, ¡quién sabe! A lo mejor hay algún cante extremeño en los próximos discos…, fíjese, aún hablo de Las Migas en tercera persona…, ¡no me lo acabo de creer!