Un joven se acercó en bicicleta a la sede madrileña de la SGAE, donde centenares de personas aguardaban para despedir a Enrique Morente. El chico no se unió a la enorme cola. Se bajó de su bicicleta y colgó en la verja del palacete una rosa con un cartel en el que se leía: "Leyenda para siempre".

Los admiradores, los amigos y la familia del cantaor lo despidieron ayer en la capilla ardiente, instalada en el palacete de la SGAE en Madrid. El féretro estaba acompañado por dos sillas flamencas, un piano y una foto enorme del granadino. Había, además, decenas de coronas. Fuera, la fachada del palacete estaba presidida por dos banderas, la española y la andaluza. Ambas con crespones negros. En la cola, cientos de personas anónimas aguardaban su turno para visitar la capilla ardiente. Angélica, extremeña en paro que había convencido a su hija para ir juntas a la capilla ardiente, ensalzó al gran renovador del jondo.

DENUNCIAS Después de las dos denuncias judiciales presentadas por la familia de Enrique Morente (que sospecha que hubo negligencia médica), la clínica madrileña La Luz envió ayer una nota a los medios de comunicación insistiendo en que el músico ingresó para "operarse de un cáncer de esófago".