Marcos Medina, con el que hablamos en esta entrevista, y Jonathan González, ambos de Arbolé Producciones, se pusieron de acuerdo para realizar un documental con mujeres que hablaran de mujeres, y de esa desigualdad enquistada de generación en generación; y lo hicieron con dos armas que personalmente me parecen maravillosas: el flamenco, y todos los múltiples tipos de artes que pueden desprenderse de él, y que cada una de las 34 artistas que colaboran en este documental desarrollan en su vida diaria. Hay flamencas que no hablan de flamenco, y artistas que agarradas a este arte te desgranan un día a día de desigualdad, que ante todo es injusticia. Para paliar un poco ese dolor, y abrirnos los ojos a los demás: Flamencas. Mujeres, fuerza y duende. Totalmente recomendable.

--Esta semana vuestro documental se ha presentado en el Festival Internacional de Cine Documental y Cooperación para el Desarrollo en Extremadura (EXTREMA´doc) como un alegato, una apuesta por la igualdad, ¿por qué eligieron a la mujer flamenca como paradigma de esas diferencias?

--Tenemos bastantes amigas que se dedican a la música y es el género que más nos gusta y nos interesa. A la vez, también creemos que es un sector estigmatizado, por lo que nos gustó la idea de ahondar y conocer cómo era en realidad desde el punto de vista de ellas.

--Sobre este proyecto inciden en que la idea es hablar ‘de flamencas, y no de flamenco’, ¿había que explicarlo?

--Me parece un titular que define muy bien la intención del proyecto. Por un lado, deja claro que no se profundiza en el flamenco como género musical, sino en el testimonio de ellas. Por otro, intentamos librarnos de ese conflicto absurdo de lo ortodoxo y lo no ortodoxo. Entendemos el concepto flamenca desde un punto más místico que técnico. Flamenca como una actitud particular o una forma de ver la vida, y por eso hemos invitado a participar en este documental también mujeres que fusionan esa raíz con otras músicas.

--El documental es un viaje literario, musical, generacional, en evolución desde el flamenco más puro a la música que apunta a este arte pero acaba desarrollando en otra, ¿qué similitudes y qué diferencias encontraron entre este abanico artístico?

--Las diferencias son las lógicas. Además del abanico generacional, el documental recoge diferentes estilos, credos o ideologías; pero creo que prevalecen las similitudes. Al fin y al cabo, todas son mujeres que se dedican a la música, y ese lazo provoca que coincidan en multitud de vivencias, reivindicaciones o formas. Cada una desde su punto de vista, por supuesto.

--En esas mujeres que se mostraban como tales y como artistas, ¿qué prevalecía?

--Cuando hablamos de la faceta de artista predomina la entrega y el amor a su trabajo, sin duda. En la parte más personal, tratamos la política o el machismo. Hay enfado, rabia, impotencia o inseguridad; pero también hay empoderamiento, empatía y un mensaje muy alentador.

--El documental se ha presentado en Francia este verano, ha sido seleccionado en la 11 muestra de Cine Europeo Ciudad de Segovia, MUCES…, ¿cuál es el verdadero destino de este trabajo?

--Por nuestra parte, no hay límites. Nació sin límites, que llegue al máximo de lugares posible.

--Y tras esa exploración de un mundo ‘poco transitado’..., ¿qué encontraron tras los tópicos?

--Ha sido una experiencia reveladora y emocionante. Pienso que esos tópicos son signo de torpeza y etnocentrismo.

--Un documental hecho por hombres para luchar contra el ‘enquistamiento social’ de la mujer, ¿qué aprendieron de ellas?

--Pese a que constamos como directores, lo único que hemos dirigido ha sido la parte técnica y lo referente a imagen. Queríamos verdad tanto en las actuaciones musicales como en los testimonios, y para lograrlo, debíamos convertirnos en meras herramientas y dejar que la cosa fluyera. A ellas no les hacía falta que viniera nadie a dirigirlas. Eso he aprendido. Cuando ellas hablan de feminismo o de sus experiencias como mujeres, nosotros -los hombres- debemos mantenernos en un segundo plano y, en todo caso, aprender. Aprender mucho. Ciertamente me siento un intruso, y es algo a lo que continúo dando vueltas.

--¿Próximos proyectos audiovisuales?

--Jonathan González: Tengo un nuevo proyecto en fase de pre-producción donde seguiré indagando en la forma de crear y en las diferentes fuentes de inspiración de artistas de diversa índole pero muy relacionadas con el flamenco, de hecho voy a repetir con alguna de las artistas de Flamencas. Mujeres, fuerza y duende, que a raíz del rodaje se han convertido en amigas. Pretendo explorar y mezclar diferentes formatos y rodar algo mucho más personal ya que en el documental debido a la gran cantidad de testimonios, decidí ‘desaparecer’ como creador y darle todo el protagonismo a sus vivencias.

--¿Qué ofrece el flamenco a Arbolé Producciones, y qué la productora a este arte?

--J.G.: Pretendemos dar un aire actual y creativo a las producciones de flamenco con las que trabajamos. El flamenco es lo que ha terminado de darnos forma como profesionales; Arbolé Producciones es el resultado de más de diez años de trabajo de freelance escribiendo, grabando, editando y haciendo todo lo posible para salir adelante en el mundo del audiovisual, ha tenido muchos nombres y socios pero al final este documental es el que ha terminado de definir la línea de estilo y culminar en esta productora.

--Y tras ‘Flamencas: Mujeres, fuerza y duende’, ¿qué?

--J.G.: Mucho más, al final no paramos de crear. H