Los libros abandonan también su formato de papel durante la Feria del Libro de Cáceres. Sus autores hablan de ellos desde el pasado viernes ofreciendo argumentos añadidos a los de la propia obra para posibles lectores. Así pudo descubrirse la veta lúdica de Javier Puebla, el escritor finalista del premio Nadal de novela, que presentó esta obra, Sonríe Delgado (Destino), y difundió otra en formato de bolsillo y elaborada artesanalmente como parte de ese juego que entiende que es la literatura. El guatemalteco Luis Eduardo Rivera habló de El lector ideal (Llibros del Pexe), un libro de libros, los suyos, que el extremeño Julián Rodríguez Marcos ha compuesto unificándolo bajo el signo de la poesía.

Ayer, otro extremeño, Serafín Portillo, desveló las claves de su poemario La misma sombra (Editora Regional de Extremadura, ERE). Por la tarde se presentaron Literatura digital, el paradigma hipertextual , de Susana Pajares Tosca (Universidad de Extremadura) y Un hombre a la deriva , de Pedro Romero Mendoza (ERE)

UN JUGADOR El pueblo donde no nací es el pueblo de Javier Puebla (Madrid, 1958). De allí, de Valencia de Alcántara, en los años 50 su padre viajó a Madrid para estudiar Económicas, y luego lo hizo el resto de la familia.

Aún quedaron algunos familiares a los que periódicamente visita este exdiplomático dedicado a la literatura. "En la vida no se pueden hacer dos cosas bien", afirma. Y allí se forjó, en la infancia de los veranos, su decisión de escribir, algo que hacía desde los 4 años. Pero su salida profesional fue la diplomatura. "Fui uno de los mejores delegados comerciales que hubo en Dakar".

Y en medio de este trasiego viajero siguió escribiendo hasta que tomó hace más de cuatro años la decisión de ser sólo escritor. "Si uno escribe una novela, por ejemplo, vive en un mundo paralelo que no permite compartirlo con otro, como el diplomático".

Javier Puebla, que ha publicado novelas (Aquel anciano pájaro ) y libros de relatos (Aullidos de antirrealidad ) habla de la literatura como juego cuando explica el proyecto de escribir un cuento diario durante un año, que iba remitiendo por internet a 700 destinatarios. Posteriormente realizó una edición especial, con un formato de tarjetas de visita (una para cada cuento) que ha vendido a 100 euros.

"El escritor es un creador y el creador juega. Yo siempre estoy jugando con la seriedad de los niños. Soy un tonto integral".

Como otros escritores (su amigo Lorenzo Silva), Javier Puebla dispone también de página en internet: javierpuebla.com .