Las empresas discográficas han constatado que su enemigo ya no es el top manta, sino el uso ilegal de internet. En el 2005 más de 350 millones de canciones se descargaron ilegalmente de la red en España, frente a tres millones que se realizaron pagando y con servidores legales. El año pasado la piratería fue de nuevo el principal problema de la industria del disco, que cifra la caída de sus ventas en casi un 6% (5,7%), en consonancia con el 6,7% de media en todo el mundo. Las pérdidas en el volumen de mercado se sitúan en los 400 millones de euros.

MULTINACIONALES "La piratería se ha desplazado de las aceras al mercado digital", dijo ayer Antonio Guisasola, presidente de Promusicae, la asociación que reúne a las principales compañías discográficas españolas, multinacionales e independientes. Pese a que el Gobierno aprobó hace año y medio un ambicioso plan contra la piratería, una vieja reivindicación del sector, el balance del año pasado no es positivo. El plan en sí "ya es un éxito", afirmó Guisasola, pero reconoció que "no va a erradicar la piratería".

El cambio en el instrumento del fraude ha dado lugar a anécdotas. Según el responsable de la mayoría de los productores musicales algunos manteros les pidieron recientemente "trabajar juntos para erradicar la piratería en internet", ya que la crisis también llegó al mercado callejero ilegal.

Las discográficas hicieron extensiva su preocupación a todos los estratos de la producción de un disco. El cierre de tiendas ha dejado el negocio en manos de las grandes superficies, lo que supone, según Guisasola un "empobrecimiento del ocio". Y la disminución de las ventas ha supuesto una reducción de todos los costes y la pérdida de entre un 30 y un 35% de empleos.

Una de las conclusiones del balance del 2005 es que se escucha música pero no se compran discos. Y una de las causas, según Guisasola, es que "en España no se asume que hay que pagar por internet".