Una vez más, la novela de moda se convierte en fenómeno cinematográfico. Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres se estrenó el viernes en 270 salas españolas (incluidas las de Badajoz y Mérida), después de atraer a 1,5 millones de personas en los países nórdicos (en Suecia batió récords de taquilla) y con los dos libros editados hasta el momento de Stieg Larsson encabezando el podio de la lista de los más vendidos.

Resulta imposible mantenerse ajeno a este imparable boom literario (la última entrega, La reina en el palacio de las corrientes de aire , llegará a las librerías el 18 de junio). Y los que ayer no quisieron perderse su puesta de largo en el cine le dieron "el aprobado alto", según puntuó Anna Mas, "fan total" de este escritor a quien, de no haber muerto a los 50 años víctima de un infarto, habría ido a "conocer". De hecho, la casa donde vivió se ha convertido en centro de peregrinación.

EMPATIA "Por fin una víctima de malos tratos es una heroína vengadora. Y la expresión de que a cada cerdo le llega su san Martín se cumple literalmente", aseguró Eva Pérez. Y es que Lisbeth Salander, la carismática protagonista, no tiene nada que ver con la frágil Clarice Starling de El silencio de los corderos , por citar otra cinta difícil de olvidar. "Es normal tener empatía con Lisbeth en la brutal escena del tatuaje", opinó María Albert, tras agradecerle al director Niels Arden Oplev que haya logrado que el personaje ya no le parezca "de cómic". Esta singular hacker es, para Pol García, "la mejor retratada", así como el "raro" romance que vive con el periodista Blomkvist, aunque lamenta que hayan obviado "las otras relaciones amorosas" que él mantiene. Las 672 páginas del libro permiten más recovecos, sí, pero resumirlas aunque sea en dos horas y media de metraje no es fácil. Como tampoco lo es, "y lo logran", dar credibilidad a unos personajes a los que 12.600.000 personas le han puesto cara.