La cantaora sevillana (1966) interpreta las partes vocales de ´El amor brujo´ de Falla con la Orquesta de Extremadura, hoy en Cáceres

Esperanza Fernández devuelve la voz flamenca a El amor brujo de Falla, tal y como la concibió el compositor andaluz. Esta obra, que interpreta hoy en el complejo San Francisco de Cáceres (20.30), la ha grabado en tres ocasiones. Refleja la capacidad de la intérprete (que ha transitado también en el jazz) por acoplar su canto a una orquesta clásica.

--¿Por qué se acerca una cantante de flamenco a obras como La vida breve o El amor brujo.

--Aunque cantar El amor brujo era uno de mis sueños, no había pensado en cómo se cumpliría. Pero en 1994 se me acercó mi maestro Juan Udaeta y me propuso cantarlo con la Orquesta Joven de Andalucía. Y me dijo que una vez que lo hiciera me seguirían llamando para interpretarlo de nuevo. Y así fue.

--¿Y qué ha encontrado en esas obras?

--El amor brujo tiene una profundidad increíble. Falla lo compuso para una voz flamenca. Y luego lo han interpretado voces operísticas. Así que, quizá, yo estaba llamada para retomar la idea original. Y en La vida breve hay un trocito que lo han hecho voces masculinas, y yo he tenido la oportunidad de cantarlo.

--¿Qué aporta en esta versión que presenta con la Orquesta de Extremadura?

--Ningún escenario es igual para los artistas. Las energías fluyen diferentes.

--Solo ha grabado dos discos, el último, Recuerdos, hace dos años.

--Es extraño, sí. Pero no me ha hecho falta grabar para trabajar. Me he defendido con mis conciertos. En Recuerdos evoco mi niñez, homenajeo a mi abuela, a mis antepasados, que han sido grandes artistas.

--Algo natural que usted sea también artista.

--Se me veía venir. Lo tenía muy claro desde pequeña. Pero no toda la gente que procede de familia de artistas lo son. Yo tengo una hermana que no tiene nada que ver con este mundo. Y mis hijos son futboleros... Pero yo he luchado por serlo. Si estoy donde estoy es por mi lucha. Y sigo en ello, porque el flamenco es una de las carreras más largas.

--Con una fuerte tradición flamenca, no le ha importado abordar otras músicas.

--No. Me he enriquecido mucho en esas experiencias con la música clásica o el jazz, y junto a grandes directores como Frühbeck de Burgos o Lorin Maazel.

--¿Que aprendió de su contacto con otros cantaores, como Enrique Morente o Camarón?

--Morente ha sido muy inteligente, un maestro. Ha sabido tocar otras músicas, pero sin perder la raíz de lo flamenco. Lo conozco desde pequeña y me ha dado muchos consejos. Y como persona es todavía mejor. Y trabajar con Camarón en su último disco fue un lujo. Me llamó Paco de Lucía para que hiciera una pequeña intervención. Pero yo ya había compartido con Camarón el escenario, cuando participaba con mi familia en festivales

--En Francia están expulsando a gente gitana.

--No sé ni qué pensar. Es un paso atrás. Algo horrible que afortunadamente no ocurre en España. Yo no he tenido problemas de racismo en Andalucía, bueno, alguna vez en el colegio, y es lo más horrible que te pueda pasar.