´Kill Bill´ tiene algo de estafa, aun a sabiendas de que debe verse la segunda parte antes de juzgarla enteramente. En un momento determinado, Tarantino corta el plano donde debía seguir la historia y el espectador se indigna porque abandona la butaca sin haber visto toda la película. Para ello tendrá que pagar dentro de un mes una nueva entrada, es decir, pagar dos veces por la obra entera, un cómic plagado de referencias culturales. Y este es su principal lastre. Cine dentro del cine, resuelto en peleas ya rodadas y sobre las que Tarantino introduce pequeñas variaciones. El tema es también cinematográfico: la venganza. Como se ve, nada serio.