La voz carnosa de esta cantante israelí dejó huella, en otoño, en la sala Jamboree y en la Feria Mediterrània, de Manresa, con su mezcla de ritmos soul y funk, raíces afro, metales jazzísticos y gestos de vanguardia.

--Es israelí de padres etíopes.--Sí, ellos se establecieron en Israel un año antes de que yo naciera. Todo lo que conozco es Israel y mi primera lengua es el hebreo, sin embargo, crecí en un ambiente en el que se hablaba amhárico y la música y la comida eran etíopes.--Pero en su carrera musical ha elegido el inglés.--Sí, porque de adolescente me fijé en las divas, las cantantes...--¿Voces modernas como Lauryn Hill o Erikah Badu?--Sí, o del pasado, como Nina Simone, a quien dediqué el epé I wish . Cuando era pequeña, en la televisión israelí no salían cantantes negras, modelos en los que fijarme en la música, y me fijé en esas cantantes de fuera, que me transmitían libertad. Vi que podía ser como ellas.--¿Comenzó en el ejército?--Sí. En Israel hay servicio obligatorio: tres años para los chicos, dos para ellas. Tras superar una audición me metí en la banda y participé en una gira por comunidades judías de Estados Unidos. Actuábamos en uniforme.--De vuelta a casa se convirtió en actriz.--Me aceptaron en el Teatro Nacional y me vi trabajando en obras dramáticas, en películas, en series de televisión... En el 2012 me dije: alto ahí, ¡lo mío es la música! Y me concentré en montar una banda.--¿Quiso que la herencia etíope se apreciara en su música?--Sí. Sabía que hacer algo nuevo no es posible, que todo está ya inventado. Pero creo que cada persona es especial y única.--Mulatu Astatke, institución etíope del jazz, ¿significa algo para usted?--Le descubrí tarde, hace seis años, cuando le vi actuando en Israel. Me impresionó: me recordó sabores de la música que había oído en casa, ritmos y melodías en la escala pentatónica, pero a la vez con un sello único.

--Pero en su carrera musical ha elegido el inglés.

--¿Voces modernas como Lauryn Hill o Erikah Badu?

I wish

--¿Comenzó en el ejército?

--De vuelta a casa se convirtió en actriz.

--¿Quiso que la herencia etíope se apreciara en su música?

--Mulatu Astatke, institución etíope del jazz, ¿significa algo para usted?

--¿Es ese su propósito, dar forma a una música innovadora que remita a una tradición, como se puede deducir de su primer disco, Ester Rada?

--No pienso mucho en esos términos. En la música sigo mi proceso, voy allá donde me lleve. En mi segundo disco, que he terminado de grabar, hay menos influencia de la música etíope. Tiene más ritmo electrónico y es más minimal. Se titulará Different eyes y saldrá en invierno. Ya está en circulación el primer sencillo, Cry for me .

--¿Se siente una cantante distinta, quizá excéntrica?

--¡Soy un poco alien! (ríe) Pero Israel, y más aún Tel Aviv, donde vivo, están hechos de inmigrantes: gente de origen marroquí, yemení, polaco... De modo que hay combinaciones de músicas de cada país con reggae, funk, rock... Las mezclas son normales en Israel.