Diez meses después de ofrecer su último concierto y con la sonrisa tatuada en el rostro debido a su reciente maternidad, Bebe retorna a los escenarios el próximo jueves para actuar en los Veranos de la Villa. "Estoy hecha un flan", bromea la cantante durante la presentación del espectáculo.

"Los nervios se agarran a la garganta, el corazón y la cabeza, pero luego, cuando sales a cantar, esos agarres estimulan mucho y hacen que no te apalanques, que estés alerta y no te duermas en los laureles", asegura la cantante extremeña, cuya gira española arranca con este concierto en Madrid.

Aunque no le gusta adelantar detalles, la artista ha confesado que prepara "algunas novedades" para sus próximos conciertos. "Siempre me gusta que haya algo nuevo e inesperado, e iremos pensado cositas más especiales dependiendo del lugar en que nos toque actuar".

La vocalista se dio a conocer en 2004 con el lanzamiento de su primer disco, Pafuera telarañas , pero la presión a la que se vio sometida le empujó a tomarse tres años sabáticos.

"A veces es necesario descansar y dejar pasar el tiempo", explica Bebe, que incluso dejó de cantar aquellas canciones en sus directos. Todo es distinto ahora en la vida de la intérprete, una madre orgullosa que ha recuperado buena parte su natural alegría: "no salgo nada por la noche porque no me apetece. Estoy en una época más relajada de mi vida, en una onda completamente distinta", asegura.

ENERGIAS Candela es el nombre de la pequeña que ha renovado las energías de Bebe, que incluso ha decidido desempolvar las canciones de su debut discográfico.

"Ahora sí me apetece cantarlas. Si estás todo el día haciendo lo mismo te agotas, pero el tiempo lo cura todo y he vuelto más fresca, con otra perspectiva".

Parte de esa nueva vitalidad quedó reflejada en Y. , su segundo y, por ahora, último trabajo.

"Me encuentro mucho más tranquila; tengo con los nervios necesarios para que la cosa tenga chispa, pero soy mucho más consciente de todo lo que me rodea", comenta la cantante sobre su evolución personal y profesional. La madurez también ha llamado a la puerta de Bebe, que ya no pierde el sueño por las "etiquetas" que le puedan atribuir. "Prefiero no molestarme y limitarme a cantar lo que pienso y lo que siento. Si me cuelgan sambenitos, yo me los quito cuando llego a mi casa por la noche".

La artista señala la cuota de responsabilidad de los medios de comunicación en la crisis de la industria discográfica. "Hay muchas radios que siempre ponen la misma música y los mismos artistas. Habría que dar un poco de variedad al asunto".