Parece que los hermanos Coen han levando un poco el pie del acelerador. Su anterior película, Crueldad intolerable , tenía un inicio farragoso y en líneas generales no alcanzaba la plenitud de sus obras precedentes.

La sensación general es que Joel y Ethan se han tomado un respiro tras volcarse en Fargo , El gran Lebowski y O´brother . El minimalismo casi abstracto de El hombre que nunca estuvo allí no había tenido continuación en la citada y jocosa Crueldad intolerable , y parece que las ideas les resulten algo esquivas a tenor del planteamiento de Ladykillers , que hoy se estrena en las pantallas extremeñas. Es una película divertida, cierto, pero que no deja de ser una nueva versión con escasas variaciones de un clásico de la comedia, El quinteto de la muerte (1955), de Alexander Mackendrick, y una de las mejores películas surgidas de la productora londinense Ealing.

Al igual que el original, mezcla elementos de la comedia negra con los de los relatos centrados en los preparativos y resolución de un atraco. Y como el filme de Mackendrick, que tenía en Alec Guinness al cabeza de serie del reparto, acude a un irónico Tom Hanks como principal reclamo comercial.