Computadora y Los Punsetes ya habían despedido la tarde del sábado con buena nota. Ahora le tocaba el turno a una noche que se estiraría hasta horas intempestivas.

Con Hola a todo el mundo, llegó una brizna de aires folk muy deseable para primera hora de la velada. Tan idílicos como inclasificables, trasladaron al público a un estilo en el que consiguieron combinar bucolismo entre sintetizadores con un resultado más que apetecible.

Sin abandonar la electrónica, esta vez más pura, subió al escenario La bien querida, una de las más esperadas. Ana, la cantante ya adelantó en declaraciones a EL PERIODICO en qué iba a consistir el espectáculo. "Llevamos el último disco al directo y las de anteriores discos las pasamos también por el filtro electrónico", aseveró la cantante. Y así fue. Una actuación plana y homogénea que, no obstante, fue recibida entre ovaciones.

Por el contrario, Lori Meyers, un veterano en el festival, demostró fuerza sobre las tablas. Los granadinos supieron agradecer la entrega del público con presencia y personalidad en su directo. Noni Meyers, el vocalista, aprovechó para lanzar un particular alegato a raíz del debate de la continuidad del festival en Alburquerque. Defendió que el lugar donde estuviera emplazado Contempopránea no le haría perder su encanto particular. De manifiesto a sorpresa, la puntual y siempre encantadora presencia de Anni B Sweet le puso la guinda al pastel de la actuación. Si ese era su objetivo, hacer temblar al compás a la ladera, sin duda, lo consiguieron.

La nota internacional llegó de la mano de Allo darlin primero y The Wave pictures después. Indie pop azucarado de los primeros que culminó con el rock lo-fi de sus vecinos y amigos. Sería por ello que marcaron su vínculo con una versión juntos. Si por separado ya resultan atractivos, en conjunto, se convierten en una delicia digna de escuchar.

Tachenko y el particular afeitado de Sergio Vinadé son ya signo de identidad del festival de alburquerque. Fueron los encargados de continuar la estela de los londinenses. Pop en estado puro. Referente de la actitud en plena forma, consiguió alzar brazos y despegar suelas de un públlico que apenas dejó constancia del cansancio acumulado.

Tuvo la responsabilidad de finalizar con los grupos Stay, balance de distorsión y sintetizadores. La psicodelia más sesentera se apoderó del escenario antes de vislumbrar el amanecer.

Y quién mejor que Manpop dj para cerrar esta edición y lo que posiblemente sea una etapa. Junto con Raül Leiva a las proyecciones alzaron la copa y brindaron por la espectacular acogida.