Nació en una familia gitana y por parte de madre, de mulatos, así que estaríamos ante un caso digno de estudio, si Rycardo Moreno (Lebrija, 1981) no sintiera la música, el ritmo, o el desgarro a compás como algo propio. Un ADN que le hace compartir su virtuosismo a través de la composición, arreglos, producción musical, creación…, variantes de la misma raíz, la música, por donde este lebrijano espiritual y profundo canaliza años de experiencia y veteranía aprendida desde niño. Rycardo es un nativo flamenco, como ahora los son digitales. Acompañaba a su abuela y jugaba en las calles de esa Lebrija que junto a Sevilla y a Utrera, forman ese triángulo de Las Bermudas donde no me importaría perderme. Suerte la que tiene Rycardo, y también los que puedan ir a verle este sábado en el Festival de Jerez. Para los que no corran esa suerte, otra oportunidad, el día 8 de marzo en Sevilla. Buen día y buena forma de reivindicar el Día Internacional de la Mujer a través de una música que abraza la libertad, la ortodoxia y la heterodoxia, y todo esto, sin faltar el respeto al flamenco. Que no todos pueden decir lo mismo. Pasen y lean.

—Le espera Jerez, ¿preparado para el encuentro?

—Sí, sí, estoy con muchas ganas. Cuando hago ‘Rycardo Moreno Trío’ que voy con Dani Bonilla: guitarra, voz y percusión, y Manuel Valencia: percusión, mezclo un poco de todo. Hago cosas de ‘Varekai’, mi primer disco, de ‘aGaleano’, el segundo, y ya estoy metiendo algunas cosas del tercero que lo tengo ahí casi, y empiezo a meter cositas ya…, cuando es Trío tengo más libertad y me muevo más por todos los proyectos…

—¿No nos adelanta nada de ese nuevo proyecto?

—Como luego cambio tanto…, le voy a contar una cosa que luego va a ser otra, pero mi idea inicial es que se llame ‘Mi Esencia’. Me iré más a la guitarra y lo vamos a presentar en La Caracolá de Lebrija el 14 de junio y sí, estoy muy contento porque mi pueblo me brinda la oportunidad de estrenar este proyecto y parte de mi esencia. Son melodías que llevo escuchando y que me han marcado toda la vida. Las he rescatado y las he hecho mías creando composiciones alrededor de ellas. A la vez, cojo algunas voces como la de Antonio Mairena, rescato la voz, quito la guitarra, y luego lo acompaño con mi forma de entender ese acompañamiento…

—¡Qué interesante! Estaremos atentos a esa nueva obra que hoy ‘intuirán’ en Jerez, ¿y el día 8 en Sevilla?

—En Sevilla voy a presentar ‘aGaleano’ que es el disco nuevo que salió en el 2017 y que por primera vez vamos a presentar. Lo haremos en Teatro Cajasol, en la calle Chicarrero.

—‘aGaleano’ homenajea al escritor uruguayo Eduardo Galeano a partir de su ‘El libro de los abrazos’, ¿qué le llamó la atención de él para convertirla en música?

—Sobre todo la esencia de los microrrelatos que él expone, porque se parece mucho al flamenco. La literatura de aquí de mi pueblo, gitana, con muy poco dice mucho. Todas las letras tienen un mensaje muy profundo que van mucho más allá de lo que dicen, dentro de sí misma, y siempre con muy pocas palabras, y palabras muy usuales del pueblo, y Galeano utiliza mucho esta fórmula. Son microrrelatos que cualquier persona puede entender. No hace falta ser licenciado en literatura para entenderlo. Directamente ya, te agarra el corazón, y bueno, es un hombre muy universal en su pensamiento, en su forma de entender cualquier término ya sea social, espiritual o de cualquier manera. Me conmovió como describía la fiesta, porque lo hacía de una forma sagrada, no de forma banal como se entiende ahora, más dedicada al jolgorio y a los excesos. Y yo, en la fiesta en la que me crie y en la que viví, era una fiesta espiritual que trascendía más allá de los excesos. El exceso era espiritual con esas conexiones con Dios y con uno mismo. Por eso, este hombre me llegó de una forma que poca gente me ha llegado.

—Habla de esa conexión espiritual, de su infancia…, usted con 11 años ya acompañaba a su abuela ‘Pepa la Cartuja’, ¿qué recuerdos tiene?

—Me emociona y me abruma donde nací, porque yo nací en una casa muy flamenca, gitana, y con un conocimiento del cante que ahora es cuando aprecio al compartir con compañeros que me dicen eso de: esto es soleá de Alcalá, soleá de Triana…, y sentir que yo ya tengo todo eso porque me lo dejó mi abuela como un patrimonio…., sin decirme esos nombres, pero ya tengo todas esas melodías y no solo de la soleá, sino de cualquier palo. Y ahora cuando lo hablo con los compañeros de mi edad, de aquí de Lebrija llegamos a la conclusión de que ya esas fiestas no existen, ni esa forma de vida del flamenco. Existe el flamenco pero en otra forma y en otro contexto. No como antes. Antes eso era indescriptible porque la boca se me llena y no son palabras, sino emociones que no se pueden describir. Ese flamenco hoy, por desgracia, ha desaparecido como forma de vida. No había móviles, no había un montón de cosas y avances que por otro lado, nos han hecho perder esa esencia y esa forma de entender el flamenco.

—El día 9 marcha a Nueva York, ¿qué hará allí?

—Allí ‘aGaleano’. Para mi Nueva York es un punto importante de partida, porque me brinda la oportunidad de ir de guitarrista solista, y me presento como artista no como músico acompañante. Es un punto de partida y una alegría grande ir allá.

—Claro, porque usted ha desarrollado su carrera como creador, productor, compositor, arreglista, y guitarrista en trabajos de Lebrijano, Tomás de Perrate, Raimundo Amador, Esperanza Fernández…, ¿Con qué se define usted?

—Soy todo eso porque lo hago todo a la vez, no puedo evitarlo, y además de forma natural, desde que era pequeño. Componer, la guitarra… y me gusta ponerle música a textos…, y soy todo eso y muchas cosas que están por descubrir, seguramente. A lo mejor dentro de 30 años ¡soy pintor también! (se ríe).

—Nacer en Lebrija y dedicarse al flamenco, ¿es una suerte o una obligación?

—Pues es una suerte, yo me siendo dichoso, es el regalo que Dios me manda. A la vez el aprendizaje que tengo es con la música, por eso nazco ahí, en esa casa, en la que todos son artistas, y yo la escojo para ese aprendizaje en la vida a través de la música.

—¿Cuál es la mejor compañía de la guitarra de Rycardo Moreno?

—Ufff, tengo muchas y decidirme por una es muy complicado, pero si es cierto que en mis inicios yo comencé con Alba Molina, ella es mi alma gemela. También Manuel Valencia, con el que jugaba al balón desde pequeño…, y así hay muchas personas que no pararía de nombrar ahora mismo…

—El flamenco ¿es de gitanos?

—El que yo conozco sí. Nací entre gitanos y es un flamenco de gitanos. Recuerdo ir a la escuela con unos 8 años y a mí me gustaba hacer compás por soleá ya, y los niños allí, ninguno hacía compás por soleá, ninguno era gitano. Ahí entonces entendía y decía: ¡ah, vale! esto es de gitanos. Lo de tocar por soleá, lo de tocar por bulerías, y todo esto…, después, por supuesto, que el flamenco tiene una extensión maravillosa, Málaga las Malagueñas, Huelva los fandangos…, y en cada lugar nace un palo y quizás ahí no hay gitanos, en esos fandangos, malagueñas… , Yo no sé la procedencia de cada cosa, pero sí que el flamenco donde yo he nacido y me he criado es de gitanos.