Veintitrés años después de que el agente del FBI Fox Mulder levantará la vista de su mesa de luz para toparse con la agente Dana Scully, y 14 desde la emisión del último episodio, ‘Expediente X’ está a punto de volver para un 'revival' de seis capítulos. Hoy, domingo, se estrena en EEUU, mientras que en España podrá verse desde el próximo martes (Fox, 22.20 horas., doble episodio).

En vista, por ejemplo, de la expectación generada por la mesa redonda de 20º aniversario de la serie en la Comic-Con del 2013,David Duchovny (Mulder) creyó que sería buena idea reactivar la saga. Puso de su lado a su expareja de aventuras Gillian Anderson(Scully) y al creador de todo esto, Chris Carter, quien creyó que estos días de vigilancia masiva serían ideales para reexplorar la paranoia que reside en el corazón de ‘Expediente X’. Serán, de momento, solo seis capítulos, pero si tienen éxito podría alargarse la experiencia. El culto, es decir.

Tras un puñado de pilotos sin éxito, lo último que esperaba Carter era que este proyecto acabara en nueve temporadas y 202 horas de televisión. Tampoco Fox las tenía todas consigo; confiaba más en la serie que precedía a ‘Expediente X’ en la parrilla, una mezcla de wéstern y ciencia ficción con Bruce Campbell, ‘The adventures of Brisco County, Jr.’, de la que casi nadie se acuerda ahora.

En su primera temporada, estrenada el 10 de septiembre de 1993, las investigaciones de Mulder y Scully de los llamados “expedientes x” -casos teñidos de algún elemento paranormal- atrajeron a un limitado pero apasionado grupo de espectadores. Su verdadera aceptación popular y crítica se forjó con la segunda y tercera temporadas, para terminar de estallar con la cuarta (1996-1997). El episodio más visto, “Leonard Betts”, superó los 29 millones de espectadores en EEUU.

Apoyada en el fascinante centro emocional de la relación entre Mulder y Scully, progresivamente menos platónica, la serie logró engatusar a un público más allá de los devotos de la ciencia ficción. Instaló de nuevo el género en el 'prime time' tras unos años 80 en los que ganó la telecomedia. Y logró que se hablara apasionadamente de extraterrestres frente a la máquina de café: había quien apoyaba a Mulder, el creyente, y quienes preferían la visión escéptica de Scully, para quien la idea de una colonización alienígena encubierta por el Gobierno era una nadería. Fe contra ciencia, vieja batalla.

Los argumentos enganchaban, pero ‘Expediente X’ podía además disfrutarse y apreciarse a otro nivel: antes de la última era dorada de las series, esto parecía cine. Si algo se podía contar con la imagen, así se haría. Carter -raro caso de 'showrunner' que conduce la nave durante casi todo el viaje-pensaba en cada capítulo como una pequeña película y dio libertad a sus colaboradores para buscar en tiempo récord formas creativas de visualizar las historias.

‘Expediente X’ llegó a ser, literalmente, cine en dos películas de suerte desigual: una estrenada en 1998 -puente entre la quinta y sexta temporadas- y la segunda, bastante peor recibida, en el 2008. Esta última quizá merezca otra oportunidad por explorar en profundidad la verdadera preocupación de Carter, que no eran tanto los aliens como la fe.

La antigua serie se dividió entre capítulos dedicados a la mitología central y los dedicados a casos autónomos centrados en diversas criaturas, empezando por aquel humanoide de anatomía elástica cuyos asesinatos se repetían cada 30 años.

El revival también se basará en esta alternancia. El primer y último episodios estarán cargados de mitología: una trama conspirativa de altos vuelos que vuelve a disparar la paranoia de Mulder y el escepticismo de Scully, y en la que vuelve a jugar (atención, 'spoiler') un papel importante El Fumador, dado por muerto y enterrado en el episodio final del 2002.

En el centro, episodios de “monstruos de la semana” escritos por guionistas habituales como James Wong y Glen y Darin Morgan. Otros antiguos aliados están demasiado ocupados para volver al redil: en la mesa de guionistas de ‘Expediente X’ se curtieron desde Howard Gordon y Alex Gansa, ahora showrunners de ‘Homeland’, hasta Vince Gilligan, creador de ‘Breaking bad’, quien escribió hasta 26 capítulos, entre ellos uno protagonizado por Bryan Cranston ('Drive') diez años antes de que se pusiera los calzones de Walter White.

Existen otros motivos para sentirse como en casa. En el reparto aparecen no solo Duchovny y Anderson, sino también Mitch Pileggi(el director adjunto del FBI Walter Skinner) e incluso Annabeth Gish (la agente Monica Reyes, personaje de dos últimas temporadas reivindicadas). Y de la música se encarga Mark Snow, autor de la famosa sintonía escuchada en unos créditos no menos famosos que también están de vuelta, sin actualizar al estilo 2016. El misterio sigue ahí dentro.

Chris Carter, el padre de las criaturas

La carrera de Chris Carter, antiguo periodista de surf metido a creador televisivo y ocasional director de cine, no se caracteriza por el éxito sostenido. De todo lo que ha escrito, solo ‘Expediente X’ pertenece realmente al imaginario colectivo, aunque algunas de sus creaciones merezcan otra reputación.

En sus comienzos como guionista, escribió comedias juveniles de Disney como ‘La patrulla miniatura’ (1986) y ‘Meet the Munceys’ (1988), pero él quería hacer dramas adultos. Hasta llegar a la serie que lo consagró, escribió un puñado de pilotos para NBC que no llegaron a nada, incluyendo ‘Cool culture’, sobre su primer amor: el surf.

Ya en Fox, e inspirado tanto por ‘Kolchak’ como por la fiebre de avistamientos OVNI de finales de los 80, creó esa pequeña serie conocida como ‘Expediente X’, a la que siguió en 1996 ‘Millennium’, adelantada a su tiempo en su tono sombrío y su fascinación por los 'psycho-killers'; un precedente claro de ‘Dexter’, ‘The following’ y ‘Hannibal’. Solo duró tres temporadas y Carter tuvo que usar un episodio de ‘Expediente X’ llamado ‘Millennium’ para darle un cierre mas o menos digno.

Mulder y Scully vuelven a ser, ahora, salvavidas de Carter, quien vio su (estimable) serie sobre realidad virtual ‘Harsh realm’ cancelada a los tres capítulos, y el (horrible) piloto de ‘The after’, su visión del ‘Infierno’ de Dante, quedarse en tan solo eso, un piloto.