El escritor extremeño Diego González (Villanueva de la Serena, 1970) ganó ayer el premio Felipe Trigo en la modalidad de narración corta por La importancia de que las abejas bailen , una historia ambientada en Las Hurdes de los años 40 del pasado siglo. Al autor la noticia le pilló en Ronda, donde presentaba otra obra premiada, el poemario Mil formas de hacer la colada , que obtuvo el Ciudad de Ronda en diciembre del pasado año.

En la modalidad de novela, el ganador del Felipe Trigo fue Alberto Castellón Serrano, de Málaga, con la obra Regina angelorum . Ambos galardones se fallaron anoche en Villanueva de la Serena durante una cena-gala presentada por el periodista Luis del Val. El jurado añadió una mención especial para la narración corta El correo del norte , del pamplonés Javier Serena.

ELIMINACIONES A la final habían llegado ocho novelas y cinco narraciones cortas, que el jurado, presidido por la escritora Lucía Etxebarría, fue eliminando durante la velada hasta desvelar, al término de la misma, el título de las ganadoras.

El certamen, uno de los más importantes de Extremadura por la cuantía económica del premio (6.500 euros para la categoría de narración corta y 20.000 euros para la novela) reunió ayer a representantes de la cultura, la sociedad y la política con la presencia del presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, y de la delegada del Gobierno en la región, Carmen Pereira.

Antes de la entrega de premios, la presidenta del jurado Lucía Etxebarria realizó unas polémicas declaraciones sobre las obras finalistas, al decir que eran "de principiantes. Cada una tiene un fallo, hay alguna que incluso equivoca los nombres y alguna que tiene fallos de documentación muy grandes", informa Efe.

Diego González, jefe de sección y columnista de EL PERIODICO EXTREMADURA, se mostraba ayer abrumado por la noticia y destacó la importancia de los premios para poder publicar. Gracias a ello, el próximo año, la editorial Ellago editará otro poemario suyo. En este terreno poético, en el 2005 ganó otro premio, el Vicente García de la Huerta, de Zafra. Otros trabajos suyos periodísticos, entre ellos el Dionisio Acedo, también han sido reconocidos.

La narración con la que ganó ayer el Felipe Trigo sitúa al lector en la comarca de Las Hurdes de mediados de los años 40. Hasta allí llega un hombre al que llaman para que sane abejas enfermas, ante el peligro de que pueda extinguirse la colmena. Narrada por una mujer en el tiempo presente a partir de la contemplación de una fotografía, ella, entonces adolescente, recordará su relación con este hombre.

Según su autor, la historia es una metáfora sobre las transformaciones que ha vivido Extremadura. "La relación entre ambos desestructurará a la familia de ella y esto coincide también con un proceso de cambio de la apicultura tradicional en aquella zona".