A mediodía, la brisa fresca del Guadiana acaricia la cara en el recinto del albergue juvenil El Prado de Mérida, donde el próximo día 16 arrancará una nueva edición de Extremúsika, uno de los festivales con mayor prestigio, cartel y trayectoria en el territorio español. La marcha de Cáceres tras la suspensión del año pasado y el estreno de la capital autonómica no han hecho variar las ilusiones de la familia Romero y su equipo, o lo que es lo mismo, A Vallekas Producciones, la promotora que lleva organizando siete años este festival desde sus inicios en 1998.

En la recta final de preparativos y tras muchas horas de trabajo con el apoyo del Ayuntamiento de Mérida, este albergue juvenil situado en un lugar privilegiado junto al río, se ha transformado en la sede para el macrofestival. Extremúsika ofrecerá a sus seguidores durante tres días y tres noches --16, 17 y 18 de abril-- un recinto cómodo, muy mejorado y con 30 hectáreas que pueden dar cabida a 50.000 espectadores en sus tres escenarios (Rock&Gol, Mérida y Canal Extremadura Televisión).

Para 4.000 tiendas

A menos de dos semanas para que las 73 bandas del cartel de este año empiecen a descargar sus guitarras en Mérida, los perímetros de los escenarios, zonas de acampada y aparcamientos ya están delimitados con un doble vallado y se ultiman detalles en las habitaciones del albergue, que servirán de camerinos para los artistas. También se están acondicionando los accesos y las entradas al recinto, en el que los espectadores dispondrán de espacio para instalar más de 4.000 tiendas sobre una amplia franja de terreno donde la hierba brota ya con fuerza y desde la que es posible ver dos escenarios. Otra zona acotada servirá para acomodar a los moteros que participarán en ExtreRuta66, la primera concentración que organiza Extremúsika y a la que acudirán clubs de España y Portugal.

Pero además de las nuevas infraestructuras, el festival ha ganado en zonas de sombra gracias a los árboles repartidos en el entorno del albergue, donde la organización instalará en la explanada de entrada una carpa de 150 metros para los artesanos, además de ofrecer actividades para los extremúsikos se diviertan demostrando sus dotes en un rocódromo, con juegos de láser o la videoconsola. En esta zona, la primera que encontraran los asistentes tras pasar el portón de entrada --donde se situarán los puntos para el canje de pulseras oficiales--, dispone también de carpas donde se dispensarán bebidas y comidas. Con los dos escenarios centrales al fondo, los espectadores podrán asistir a los conciertos sin necesidad de mo--

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