El 28 de noviembre habría cumplido 101 años. El antropólogo Claude Levi-Strauss, padre del estructuralismo, falleció en París el pasado fin de semana dejando tras de sí una vida dedicada innovar el pensamiento y a cambiar la mirada de la sociedad occidental hacia las llamadas culturas "primitivas" o "salvajes". "Odio los viajes y los exploradores. Y aquí estoy aprestándome a relatar mis expediciones...". Así empieza Tristes trópicos (1955), la obra con la que revolucionó su época desmontando la idea de que hay sociedades superiores a otras.

Nacido en Bruselas de una familia judía, a los 27 años Levi-Strauss partió a Brasil para enseñar sociología en la Universidad de Sao Paulo. De su contacto con los indios bororos y caduveos del Mato Grosso y los nambikwaras de las selva amazónica nace una inquietud por el planeta que le convertiría en precursor del ecologismo.

A su regreso a París, en 1941 tuvo que emigrar a Nueva York huyendo de la amenaza nazi. Su aportación: el método estructuralista, pone el acento en la estructura y no en el sujeto. Es decir, es la sociedad la que moldea al individuo.