La voz de Joan Sutherland, una de las grandes sopranos del siglo XX, se apagó definitivamente la madrugada del pasado domingo. La cantante australiana falleció en Montreux (Suiza) tras una larga enfermedad. La gran dama de la ópera --"la gran voz del siglo XX", según el tenor Luciano Pavarotti-- murió a los 83 años tras una brillante carrera. La stupenda --así la calificaron los italianos, en 1960, tras su interpretación de Alcina en La Fenice de Venecia-- poseía un asombroso registro, una gran técnica y una extraordinaria agilidad. Nada parecía difícil para ella. Sutherland cantó un amplísimo repertorio. Destacó principalemente en el belcanto. Con Lucia di Lammermoor , de Donizetti, consechó su primer gran triunfo en el Covent Garden de Londres en 1959. Sutherland encarnó a Amina, de La sonnambula , y Norma, de Bellini , a Violeta, en La Traviata , de Verdi; Semiramide, de Rosini; la Reina de la Noche en La flauta mágica, de Mozart, y tuvo roles más dramáticos como Maria Estuarda y Lucrezia Borgia .

Se retiró de los escenarios a los 64 años con Los hugonotes , de Meyerbeer, en Sydney, en 1990. Ese mismo año se despidió del público londinense. Su enorme curiosidad la llevó a recuperar títulos poco conocidos como Moctezuma , de Carl Heinrich Graun, y Griselda , de Bononcini.