La actriz Emma Penella, hermana de las también actrices Terele Pávez y Elisa Montes, falleció hoy en Madrid a los 76 años, a consecuencia de una septicemia producida por la diabetes que padecía desde hacía años, confirmó a EFE su hija mayor, Emma Piedra.

La actriz, que será enterrada mañana a las once de la mañana en el Cementerio de la Almudena, ingresó el 9 de julio en la Clínica de la Luz para ser operada de la columna vertebral, "pero, aunque salió bien de la intervención, llevaba un año mal, aunque no lo sabía nadie", comentó Emma.

Emma, Lola y Emiliana son hijas de Emma Penella y el productor cinematográfico Emiliano Piedra, que falleció el 28 de agosto de 1991. "Es una coincidencia que mañana enterremos a mamá, justo cuando conmemoramos el aniversario de la muerte de papá. Por lo menos, sabemos que desde ahora bailarán juntos para toda la eternidad y continuarán con ese romance tan maravilloso".

Será siempre la "Fortunata" y la "Regenta" del cine español, de la mano de Angelino Pons y Gonzalo Suárez, y, por supuesto, "La estanquera de Vallecas", con Eloy de la Iglesia. Pero fue la televisión la que le dio una gran popularidad entre el público más joven en los últimos años, al participar en series de éxito como "Aquí no hay quien viva" o "La que se avecina".

Manuela Ruiz Penella nació el 2 de marzo de 1931 en Madrid, era nieta del compositor Manuel Penella e hija del dirigente de la CEDA Ramón Ruiz Alonso. Aunque estudió enfermería, desde muy joven se dio cuenta de que lo suyo era la interpretación, rodando las películas "La duquesa de Benamejí" (1949), de Luis Lucía, con Amparo Rivelles, o "Truhanes de honor" (1952), de García Maroto.

A los 22 años debutó en el Teatro María Guerrero de Madrid y fue ahí donde la descubrió José Luis Sáenz de Heredia, con quien rodaría "Los ojos dejan huellas" (1952). Desde entonces centró su carrera en el cine, participando en "Carne de horca", de Ladislao Vajda; "Che, qué loco", de Benito Perojo; "Cómicos", de Bardem; "Fedra", de Manuel Muroti; "Un marido de ida y vuelta", de Luis Lucía; "El verdugo", de Luis García Berlanga, y "La busca", de Angelino Fons. No volvería al teatro hasta 1962, con "Micaela", dirigida por Adolfo Marsillach en el madrileño Teatro Lara. Siete años después encarnó a Fortunata en la cinta de Angelino Fons "Fortunata y Jacinta" (1969), e hizo para Gonzalo Suárez "La primera entrega" (1971) y "La Regenta" (1974).

Su regreso escénico se produjo con "Los baños de Argel" de la mano de Francisco Nieva, que hoy decía a Efe que era "un paradigma de actriz", y al año siguiente encarnó a Isabel la Católica en "Juana del amor hermoso" representada en el Teatro Príncipe de Madrid con la compañía de Juanjo Seoane y bajo dirección de Ángel Ruggiero.

Paralelamente a estas apariciones esporádicas, continuó alternando cine y teatro, interviniendo en 1986 en la cinta de Eloy de la Iglesia "La estanquera de Vallecas", su papel más popular, para tres años después volver al María Guerrero con la obra "Frank V", dirigida por Mario Gas.

Era una "persona adorable, optimista y cargada de ternura", y una "trabajadora incansable y disciplinada", comentó hoy Gas a Efe, quien recordó que tenía "una voz y una expresividad impresionantes. Ha sido una actriz muy desaprovechada".

En 1998, representó en el madrileño Fígaro "¿Le gusta Schubert?", de Rafael Mendizábal, que dirigió Ángel García Moreno; en 1999 hizo "Pídele cuentas al rey", de Quirós, y en 2003 volvió a trabajar con Eloy de la Iglesia en "Los novios búlgaros".

Emma Penella, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes de 1997, se casó en 1967 con el productor de cine Emiliano Piedra, a raíz de lo cual vivió apartada durante algunos años de su profesión, a excepción de apariciones esporádicas.

Compañeros y amigos como Florinda Chico, Quique Camoiras y Luis Berlanga lamentaron hoy su fallecimiento y la definieron como "una persona maravillosa" y "una actriz genial". La presidenta de la Academia del Cine, Ángeles González-Sinde, lamentó el fallecimiento de la actriz, a la que recordó como "una persona extraordinaria y una actriz irrepetible". "Era una compañera estupenda, grande ella y grande su corazón", destacaron Gemma Cuervo y Mariví Bilbao, sus "vecinas" en la serie televisiva "Aquí no hay quien viva".