El humor gráfico catalán ha perdido a uno de sus grandes dibujantes con la muerte de Alfons Figueras, a los 86 años, el pasado domingo en Barcelona. El sepelio será hoy, a las 12.30 horas, en el tanatorio barcelonés de Sant Gervasi.

En las publicaciones de Editorial Bruguera, Figueras hizo populares a personajes como Aspirino y Coloidón, y Topolino, entre otros muchos. Su bienintencionada concepción del humor llegó a niños y mayores, al combinarla con un sentido surrealista de las situaciones que se producen en la vida, incluidas divertidas incursiones en el ámbito del vampirismo y de los cementerios.

En 1988, el Saló del Còmic premió una trayectoria profesional que arrancó en 1939. Destacó en las situaciones cómicas sin palabras y en este aspecto fueron notables sus tiras diarias de Don Plácido en La Vanguardia y, luego, de Bon Jan y Mister Hyde en Avui.

Alfons Figueras Fontanals nació en Vilanova i la Geltrú el 15 de octubre de 1922. Su vocación por el dibujo de humor le llegó a través del cine cómico de Charlot, Harold Lloyd, Buster Keaton y otros, así como de los héroes del cómic norteamericano.

Primero fue ayudante de Salvador Mestres e intervino en la incipiente industria catalana de dibujos animados, para pasar luego a las revistas de Bruguera y Editorial Plaza.

Para esta última creó el personaje del marinero Loony, que luego se reprodujo en Paseo Infantil, de Ediciones Generales.

Reclamado por su amigo Angel Puigmiquel, dibujante también recientemente fallecido, marchó a Venezuela y allí trabajó con éxito desde 1956 a 1963.