Nadie diría que Blake Edwards, uno de los grandes creadores de la comedia en los años 50, 60 y 70, empezó su carrera interviniendo como actor en un wéstern, Diez héroes de West Point (1942), y que su primer trabajo como guionista fue también en el cine del Oeste con la serie B Imperio del crimen (1948). Nadie lo diría porque Edwards, nacido en la ciudad de Tulsa en 1922 y fallecido ayer en la localidad californiana de Brentwood, siempre será recordado por el peculiar sentido del humor, irónico y estilizado a la par, que imprimió a las muchas comedias que dirigió entre 1955 y 1993.

Excelente creador de personajes e integrante de una generación de cineastas norteamericanos fascinados por París y el bullicio europeo (algo que compartió con su amigo Richard Quine y con Vincente Minnelli), Edwards fue también un espléndido director de actores.

ALCOHOLISMO A Peter Sellers, por ejemplo, le consagró definitivamente con el personaje del inspector Clouseau, que le debe tanto al slapstick mudo como a los cartoons, y a Jack Lemmon le brindó una de sus mejores composiciones dramáticas en Días de vino y rosas , una de las mejores películas sobre el tema del alcoholismo.

Porque además de comedias, Edwards tocó otros géneros, intentando darles siempre, aunque no lo consiguiera en todos, un estilo distinto: el wéstern con Dos hombres contra el oeste ; el thriller, con la estupenda Chantaje contra una mujer ; o el relato de detectives con Peter Gunn , una teleserie que creó en 1958.

Pero si en el 2004 se le concedió un Oscar honorífico a toda su trayectoria no fue por estos filmes, sino por comedias del más variado estilo: la sofisticada Desayuno con diamantes , según la novela de Truman Capote; la muy irónica El temible Mr. Cory , interpretada por uno de sus actores predilectos, Tony Curtis; la modélica La pantera rosa , de cuyos títulos de crédito surgiría la famosa serie de animación; el lúdico homenaje a la comedia muda La carrera del siglo y la hilarante El guateque .

INTROSPECCION Las obras de su última etapa, además de risas, ofrecieron cierta introspección, como es el caso de 10 , con un personaje en plena "crisis de los 40", encarnado por Dudley Moore. Esta cinta supuso su mayor éxito en la taquilla, por lo que decidió mantener esa línea con proyectos satíricos como S.O.B. , sobre el mundo del cine, Victor o Victoria Una rubia muy dudosa o Una cana al aire .

Casado con la actriz Julie Andrews, tuvo en el compositor Henry Mancini al mejor de sus colaboradores: sus películas no se entenderían sin su música.

El único pero de Edwards fue rodar demasiadas y toscas continuaciones de La pantera rosa .