Hace tres décadas que Azarías perdió a su preciado milano bonito y hace poco más de 24 horas que Miguel Delibes, el reconocido escritor y creador de este personaje extremeño, fallecía en Valladolid, su tierra natal a los 89 años. Su muerte pone fin a su brillante carrera como escritor y académico pero no a su gran legado. Sus obras --La sombra del ciprés es alargada , la primera, Las ratas , El camino , Cinco horas con Mario , El principe destronado , Señora de rojo sobre fondo gris ,...-- quedarán en el recuerdo de todos; en el de los extremeños especialmente permanecerá una: Los Santos Inocentes . Solo han pasado tres décadas desde que Delibes retratará las experiencias de dominados y dominadores, opresores y oprimidos comunes en los 60 en las zonas rurales de la región, y en la España profunda en general. Defensor de su tierra natal, Castilla y León, Delibes se ambientó en la Extremadura más negra para reflejar lo que "todos sabían y nadie se atrevía a decir en aquella época".

La historia de un cortijo y sus señoritos, déspotas, con aires de grandeza, y de los santos inocentes, los olvidados, los esclavos, una pobre familia de analfabetos que asume con naturalidad su condición y cuyas relaciones desembocan en una inocente pero justa venganza, la muerte del señoríto Iván a manos de Azarías, el hermano tonto de Régula que vive con ella, Paco, su marido, y sus tres hijos. Entrañable personaje, enamorado de los pájaros a los que llama siempre "milana bonita", como a una de sus sobrinas, la niña Chica también retrasada. Mario Camus recogió el testigo y rodó en Extremadura esta historia en 1984.

JUSTA VENGANZA "Vi la película por primera vez en Badajoz y cuando Azarías ahorcó al señorito la gente se levantó de sus butacas y comenzó a aplaudir". Un gesto de "espotaneidad" que da idea de lo que se vivió en aquella época. Así explicaba ayer el escritor extremeño y catedrático de Filosofía Manuel Pecellín lo que dar luz al "caciquismo imperdonable" imperante en la obra del vallisoletano supuso para los extremeños. "Cuando Delibes publicó el libro los lectores debatimos su ambientación". La ilustración en la portada de un paisaje pintado por un extremeño, Ortega Muñoz; el uso de topónimos y expresiones del habla popular; la descripcion de la flora y fauna típicas de Extremadura,... dejaron pocas duda a Camus para rodar el filme años más tarde. Al margen de esta novela, Delibes "deja un hueco difícil de sustituir. Tenía un perfil muy singular", recuerda Pecellín.

Un autor de referencia para la escritora y profesora Pilar Galán y una obra --aunque no la única--, Los Santos Inocentes , también de referencia para sus alumnos. "Reflejaba cómo éramos y lo que no debemos olvidar. No daba una visión pesimista de lo que sucedía no solo en Extremadura, sino realista, aunque a mucha gente le molestara este retrato". Delibes, asegura Galán, contó lo que vio y es lo que marcó su literatura. El hereje , su última novela, da fe de ello. Y es que la escritura realista del vallisoletano es una de sus mejores contribuciones. "Las cosas parecen que no existen hasta que no se cuentan", explica otro de los escritores de la región, Luis Landero. "Se sabía de un modo difuso la esclavitud que existía en zonas rurales y él mostró lo que todos habíamos callado", relata. "Lo que él contó es hoy una foto antigua a la que recurrir para no olvidar", subraya Antonio Sáez, presidente de la Asociación de Escritores Extremeños.

Con tristeza lo recordó ayer también el director de la Real Academia de Extremadura José Miguel Santiago Castelo. "Delibes era de los mejores creadores del castellano", una lengua que manejaba con "exactitud". Recuerda Santiago Castelo que la publicación de Los Santos Inocentes , supuso un "golpetazo para Extremadura porque volvíamos a retornar la España negra y sacar a relucir a esos señoritos impresentables que tanto daño han hecho en esta región", pero nunca existió un sentimiento de recelo con el escritor.

"El me reconoció que le asustó la adaptación al cine que hizo Camus porque no le gustaba herir y la película es dolorosa para los extremeños". En el libro original, cuenta Santiago, los malos no son tan malos y los buenos no son tan buenos. "A Delibes le disgustó mucho que el espectador deseara la muerte del señorito", pero era un hombre con un sentido de la ética profundo, resalta. A partir de ese momento, "a Extremadura le tocó cargar con esos complejos, pero nuestra tierra ya no es la cenicienta de España". Delibes fue para el escritor y periodista "un escritor de gran honestidad".

"Tenía la virtud más rara que hay en literatura, que es la naturalidad", en el sentido de "hacer creíbles todas las historias que contaba" hasta el punto que "parecían una extensión de la vida", resalta el escritor Andrés Trapiello, que coincide en esta cualidad con Landero, que además le destaca como un autor "auténtico y valiente" que sigue muy vivo.

Este "relato de época" y sus innumerables obras, que le han hecho merecedor del Príncipe de Asturias y el Cervantes, entre otros, son ya "patrimonio de la humanidad", según el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, y mantendrán vivo siempre a "la voz más austera de un país sumido en el silencio", subraya José Luis Rodríguez Zapatero.