Hay lectores que abren los ojos con interés cuando leen que una historia se desarrolla en el continente de Westeros, donde los inviernos duran años, con siete antiguos reinos en guerra entre ellos mientras los Caminantes Blancos acechan tras un muro de hielo y la heredera de la dinastía Targaryen hace crecer sus dragones para recuperar su imperio. Otros saldrán corriendo. Dos comunidades de lectores que se han reencontrado en el fenómeno de Juego de tronos , la serie televisiva basada en la saga Canción de fuego y hielo de George R. R. Martin. Gigamesh (en castellano) llevan vendidos 1,1 millones de ejemplares en castellano de los cinco primeros libros de que constará la heptalogía. El 80% de ellos, tras el estreno de la serie. ¿Se trata de un fenómeno aislado alimentado por la TV o de un reverdecer en tiempos que necesitan de fantasía y con una generación de lectores sin prejuicios de género (literario)? Las editoriales, que en los últimos meses han lanzando nuevas colecciones o revitalizado las existentes, esperan que sea lo segundo.

"La cadena HBO productora de Juego de tronos le ha hecho un gran favor al género. El sector tiene la expectativa de que se amplíe el público", reconoce Carol París, editora de la colección Nova, de Ediciones B. "Los lectores atraídos por fenómenos como este empiezan a picotear, pero no todos después se quedan leyendo", señala Antonio Torrubia, de la librería Gigamesh.

EL FENOMENO

¿Un 'boom' del género o un espejismo?

"Hay un crecimiento vegetativo del lector de género, y un aumento claro y significativo cuando se produce el apoyo de un producto audiovisual de gran éxito (Juego de Tronos o El Señor de los Anillos ", opina Paco García Lorenzana, editor de la nueva colección de Literatura Fantástica de RBA. El editor de Minotauro y Timún Mas (Grupo Planeta) José López Jara se muestra escéptico: "Hay un nicho fiel pero pequeño que nos sigue y algunos autores que lo sobrepasan; pero son excepciones, como Patrick Rothfuss y, espero, en octubre, Hugh Howie, con Wool".

En cambio, Ricard Ruiz Garzón, asesor editorial del nuevo sello Fantascy (Random House Mondadori), cree que la base lectora ha crecido, y que no todo se limita al factor de arrastre de series y películas: "No se trata de un boom sino de que la fantasía está más integrada. La gente que tiene 30 o 40 años ha visto y leído películas o series de género sin pensar si lo son o no, han crecido con El señor de los anillos , Harry Potter y Crepúsculo ". ¿Todos comparten esta falta de prejuicios? "Todos querríamos tener la varita mágica para conseguir que los lectores adolescentes que se engancharon con Rowling, Meyer o Los juegos del hambre no nos abandonen y den el salto a la literatura fantástica para adultos, pero a los 20 y pocos perdemos una masa de lectores. Aunque últimamente es verdad que esto se ha reducido", responde García Lorenzana.

LA OFERTA

Colecciones nuevas,y también renovadas

Paco García Lorenzana trabaja en la primera nueva colección que ha agitado el panorama, la de RBA, cuyo proyecto (lleva 17 títulos publicados) es "combinar autores clásicos y autores nuevos no muy publicados en España". La recién llegada Fantascy , con sus primeros tres libros en la calle, empieza agrupando bajo una marca a los autores del grupo Random House pero su proyecto es dar salida a los autores locales. "No estamos solo en un gran momento de oferta, sino también de producción, con autores de un gran nivel que hasta ahora no veían salida en el género", opina Ruiz Garzón. Las iniciativas se multiplican (los clásicos recuperados en la nueva colección Letras Populares de Cátedra, las pequeñas editoriales Kelonia y Tyrannosaurus Books...) pero no solo están los nuevos. La veterana colección Nova de Ediciones B lleva un año en un intenso proceso de renovación, sin dejar atrás su condición de decana de la ciencia ficción en el país. "Tenemos un fondo editorial que te hace llorar de emoción", explica Carol París. Aunque el sello tiene grandes bazas pos-Martin como Caleb Carr y Brandon Sanderson, pretende mantener el equilibrio en su oferta entre la fantasía épica y la ciencia ficción. Más conservadora se manifiesta Minotauro, que fía sus apuestas al renovado interés por Tolkien gracias a la adaptación cinematográfica de El hobbit y a las recuperaciones de clásicos de la ciencia ficción como Philip K. Dick.

SAGAS Y MAS SAGAS

La ebullición de la fantasía épica

En esta oferta, todos ponen sobre la mesa algún libro, autor o serie que pueda atraer al lector de Martin mientras espera la sexta entrega de su Canción de hielo y fuego. La alternativa más evidente es seguir con el propio Martin (Luz de estrellas lejanas , una autobiografía en tres volúmenes a través de sus cuentos, en Gigamesh, o Los viajes de Tuf , en Nova) o con su colaborador Daniel Abraham, con la saga de corte clásico iniciada con La senda del dragón , en RBA, que también propone la serie de Jim Butcher iniciada con Las furias de Alera . "Un mundo complejo, con personajes heroicos y tres civilizaciones en conflicto, con la novedad de que se basa más en la historia de Roma que en la medieval", argumenta Lorenzana. Allí está también Joe Abercrombie, en Alianza. Y para quien tema engancharse a una serie inacabable, Caleb Carr, autor número 1 en EEUU, ha concentrado en un volumen autoconclusivo La leyenda de Broken . "Con un nivel de calidad literaria importantísimo y más épico que fantástico", explica su editora en Nova, Carol París. Y en el extremo opuesto, también en Nova, el emergente Brandon Sanderson, con El camino de los reyes , el primero de los diez volúmenes, situados en un mundo muy diferente del real, de La guerra de las tormentas .

VAMPIROS Y ZOMBIS

Monstruos con flojera y fantasía sin espada

¿Pero de las otras patas de la fantasía (terror y ciencia ficción), qué? "Los vampiros derivaron hacia el paranormal romance y el modelo se agotó; intuyo que el fenómeno Grey tomó el relevo", opina Antonio Torrubia. Experimentos como intentar crear nuevas modas como las de los ángeles, o las sirenas, o... no han cuajado. "Pero mientras tengamos el paro que tenemos los zombis estarán aquí, porque la gente tiene gana de destruir cosasO, bromea López Jara. Eso sí, el bestiario fantástico aún da alguna sorpresa. Como la divertida fusión con la novela negra (un ángel marlowiano y bebedor) de Tad Williams en Las sucias calles del cielo (RBA). Y no se debe olvidar la fantasía sin espadas ni colmillos. Las distopías o la ciencia ficción con contenido de denuncia social, cultural o ecológica, como la Embassytown del escritor marxista China Miéville, los relatos de Paolo Bacigalupi (La bomba número seis , en Fantascy como la anterior). O la literatura fantástica, que no maravillosa (recuerden Poe, Kafka...), con manifestaciones ilustres como las antologías publicadas por la editorial Salto de Página o La casa de las hojas de Mark Z. Danielewski, la gran apuesta de otoño de Alpha Decay, que ha puesto en manos de Javier Calvo la traducción que llevaba 13 años esperando a un valiente que pudiese con ella.

EL FUTURO INQUIETA

¿Y qué pasa conla ciencia ficción?

El boom de las distopías o la fantasía épica no parece haber llegado a la ciencia ficción. "Martin propuso una explicación: en realidad ya estamos en el futuro de la ciencia ficción, hemos visto lo que hay y preferimos irnos a otros mundos fantásticos", argumenta Antonio Torrubia. Y no es que no haya GRANDES autores contemporáneos (Neal Stephenson, Ian Tregillis...) sino que, opina García Lorenzana, "el cine de consumo en este caso no ayuda, al seguir anclado en la ciencia ficción de los 50 y 60 y no en la que se hace ahora". Aunque Carol París sí espera un empujón para las obras de Orson Scott Card con la adaptación al cine de El juego de Ender . Nova ya está preparada, con la precuela La tierra desprevenida .

REDES

El espectro del libro electrónico

Según López Jara, el sector del fantástico está notando "mucho" el impacto del libro electrónico: "Se trata de un lector muy tecnológico, muy internauta", explica. Por un lado las ventas de las editoriales españolas se resienten por la piratería, pero también por la disponibilidad de las novedades en inglés. Pero las redes tienen otras ventajas, recuerda Carol París, que prepara para Nova una fuerte ofensiva en este frente para el 2014. "Tenemos un lector muy fiel, generoso y experto, auténticos especialistas. Y el contacto directo con ellos es muy importante para los editores".