Los españoles han vuelto a Palermo, tras siglos de ausencia, a través de la iglesia de Santa Eulalia de los Catalanes y una sede, la cuarta en Italia, del Instituto Cervantes, que ayer inauguraron Felipe y Letizia. El templo ha dejado de ser el establo, gimnasio y vertedero que fue hasta mitad del siglo pasado y el Cervantes llega a la isla para reanudar unos vínculos históricos.

La iglesia que estrenaron los Príncipes está desacralizada y en desuso, y ha sido transformada en el centro cultural de Vucciria, capital de Sicilia. El propietario era la Obra Pía, una fundación vinculada al Estado español y fue erigida por catalanes.

Los frailes teatinos, primeros titulares del templo, donaron la iglesia al arzobispo de la ciudad, aunque la embajada de Roma se la arrebató. Antes de la segunda guerra mundial, algunas piezas pasaron al museo del arzobispado. Finalmente el consulado español cerró sus puertas.

Los cuatro siglos que unieron a España y Sicilia fueron recordados por Felipe en su discurso, ya que hasta el tratado de Utrech, en 1713, "Sicilia fue un factor clave para la historia de España". R. DOMENECH