La entrega del Premio Cervantes 2004 al escritor Rafael Sánchez Ferlosio en el año en que se celebra el cuarto centenario de la primera edición del Quijote, fue sobre todo, un acto de reivindicación de la palabra frente al gesto, del carácter frente al destino. El rey Juan Carlos describió al escritor como "maestro de la palabra y alquimista del lenguaje", cuyas obras son "el ejercicio de un pensamiento libre".

El paraninfo de la antigua Universidad de Alcalá de Henares fue de nuevo el escenario de un acto habitual todos los 23 de abril desde 1977, año en que se instauró el mayor galardón en lengua castellana, dotado con 90.151 euros.

EL CHAQUE PRECEPTIVO El autor de El Jarama , acompañado de su esposa Demetria y vestido con el chaqué preceptivo aunque con el nudo de la corbata algo aflojado, no pudo ocultar su nerviosismo en los minutos previos a la llegada de los reyes, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, la ministra de Cultura, Carmen Calvo, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre.

Tras la lectura del acuerdo del jurado, Sánchez Ferlosio tomó la palabra, que llegó a los asistentes --destacó la editora Carme Balcells, en silla de ruedas-- con un pésimo sonido que dificultó el seguimiento de un discurso denso y profundo.

Durante 40 minutos, Ferlosio desplegó como nunca su faceta de ensayista, fronteriza con lo filosófico. Tomó el título del discurso, Carácter y destino , de un texto de Walter Benjamin pero con las palabras cambiadas. Y se sumergió en citas de Aristóteles, Hegel, Ortega y Gasset, Antonio Machado y, por supuesto, de don Quijote y Sancho.

LENGUAJE ESCRITO El argumento de una obra o sólo su efecto, como el divertimento que produce; el gesto --con recuerdo a Charlot incluído--, la felicidad, la satisfacción, fueron conceptos sobre los que disertó el galardonado, que puso en valor el lenguaje escrito. "En la escritura", dijo, "nunca bastará la descripción del gesto, y será la palabra dicha por el personaje, la palabra plena, significante, holgada, la que traiga en sí misma el componente más completo y más específicamente humano de la manifestación del carácter".

En el juego de dualidades que fue su disertación, Sánchez Ferlosio no eludió sus críticas a la invasión norteamericana de Irak, un hecho que le irrita sobremanera. Citó al historiador holandés Huizinga, que opone juego y seriedad, y afirmó: "Contraposición que no debía de aparecer tan dudosa y cuestionable en los tiempos de la obra de Huizinga como en los de la guerra de Irak".

El rey, que recordó haber nacido en la misma ciudad, Roma, que el escritor, destacó la "investigación lingüística y la experimentación de nuevos recursos narrativos" de la obra de Ferlosio. La "innovación constante" y la "minuciosa creación de realidades", son algunas de sus "aportaciones más valiosas".

Juan Carlos habló de la "fantasía, imaginación y el ejercicio poético" de Industrias y andanzas de Alfanhuí " y consideró El Jarama , "una novela de diálogo y un espejo de la sociedad que le tocó vivir".

Para la ministra de Cultura, Sánchez Ferlosio ha conseguido

"rescatar a la palabra de la estulticia, de la corrupción y del agotamiento en que tan frecuentemente habita".