Fernando Lamadrid (Sevilla, 1978) con trece años no sabía lo que era un bajo, es más, él lo que quería por aquel entonces era tocar la guitarra, pero un amigo que ya había elegido las seis cuerdas antes que él le convenció, para así, tocar juntos. Menos mal. Así el resto, hemos podido también disfrutar de esa versatilidad con el bajo, del que aseguran, Fernando Lamadrid es una de las mejores muestras. Raimundo Amador, Tomás de Perrate, María Jiménez o Canijo de Jerez, son algunos artistas a los que ha acompañado sin olvidar a su ‘hermano’, Juanito Makandé, del que es el bajista oficial. «Siempre me decía que éramos como dos gotas de agua, ‘compadres nosotros lo mismo, somos la misma cosa’ y si, somos dos personas muy parecidas» nos comenta Fernando. Entusiasta, alegre, y comprometido con lo suyo y los suyos, Lamadrid tiene más que una responsabilidad: conservar el bajo en el mapa de los escenarios; y que los demás, los neófitos, sigamos descubriéndolo. Pasen y lean.

El que le consideren el bajista más versátil, ¿con qué tiene que ver más?, ¿con la curiosidad o con el amor a este instrumento?

No, no creo que tenga que ver con la curiosidad o el amor, sino por la música. Desde pequeño he sentido mucha curiosidad y mucho amor por la música en general y eso quizás, me ha llevado a entrar en muchos géneros:jazz, soul, ritman blues… rock, flamenco. Cuando era niño, mi padre tenía una colección de vinilos espectacular. Recuerdo el salón de mi casa, con una pared entera llena de ellos, y a mi padre escuchando desde los Rolling Stones, Doors, hasta Abba. Una movida ecléctica que creo que me viene desde esa época.

¿Cuántas formas existen de tocar un bajo?

Es una pregunta compleja, realmente y teóricamente una: la forma correcta de hacerlo. A nivel técnico una, pero sería falso porque cada bajista, cada músico tiene su forma de tocar y su técnica. También depende del género que toques: el flamenco necesita más ataque, más medios y menos grave… tocarlo más ‘picao’…, precisa de una técnica que es diferente a la que se utiliza para tocar rock. ¡Depende del género y del bajista! A mí me interesa todo. Al empezar a tocar quizás no prestaba tanto la atención a esto, pero al descubrir a otros bajistas si me empezó a interesar otras formas de tocar el bajo. Y eso es lo que tienes que transmitir a través del instrumento porque no tienes otra. Un instrumento transmite lo que hay detrás, que es la persona.

Bajista oficial de Juanito Makandé, ¿cuánto ha aprendido de su ‘macandé’, de su ‘locura’?

‘Macandé’ aparte de ser un gran amigo, a nivel musical tocar con él es una gozada porque compone fino, elegante, hace buenos temas y poder crear el bajo de sus canciones es una ‘pasada’ porque es muy divertido, porque se aprende mucho, la verdad, y luego la banda… ¡es alucinante los músicos que están ahí! Es muy guay tocar ahí.

¿Qué no se puede enseñar sobre este instrumento?

Las clases son divertidas porque enseñar es bonito, hacer llegar la música a la gente desde un punto de vista más didáctico también es interesante, no solo hacerla llegar como tal, sino desde la enseñanza. Además, el hecho de dar clases te hace recordar lo que has estudiado, ¡es lo que me está salvando económicamente! es algo que siempre he hecho, pero ahora tengo toda la semana llena de alumnos, y antes los cogía con cuentagotas. ¿Qué no se puede enseñar? Creo que, como con ningún instrumento, el hacer música. Puedes enseñar la teoría, los arpegios…, pero de donde nace o como se hace la música es algo más espiritual que cada músico va a descubrir por si mismo, donde está la música oculta…, cada músico tiene que ir descubriéndolo poco a poco, además, es lo bonito del camino

¿Cómo es el músico que se acerca al bajo?, ¿ha cambiado el perfil con el paso de los años?

Hay gente que se acerca por curiosidad por el propio instrumento, porque tiene un colega tocando la guitarra y tocan juntos como me pasó a mÍ…, y el perfil sigue siendo ese: el de la curiosidad, o porque le ha caído en las manos por su padre, o por un amigo. El perfil del bajista como instrumentista es muy concreta porque la cabeza te funciona par eso en concreto.

Raimundo Amador, Tomás de Perrate, María Jiménez o Canijo de Jerez, ¿qué aporta el bajo al flamenco y qué le ha aportado este arte al instrumento?

El bajo al principio era un instrumento prohibido en el flamenco, meter un instrumento eléctrico era una herejía hasta que, poco a poco, se fue abriendo. Ya está permitido no solo el bajo, sino la batería, la guitarra eléctrica…, hubo pioneros como Lole y Manuel, oCamarón que fueron abriendo este camino al flamenco. El bajo aporta al flamenco un color y ritmo diferentes y creo que complementa perfectamente con este arte.

¿Es diferente la energía sobre el escenario cuando acompaña al flamenco, al jazz u a otra corriente musical?

Yo creo que la energía es la misma porque tú estás concentrado en hacerla bien y en disfrutarla.

¿Cambian las sensaciones?

Sí, son distintas. Eso funciona en base a las prioridades y gustos de cada uno y a la música con la que cada uno vibra más. Yo lo disfruto todo porque consigo encontrar ese punto que me hace disfrutar de la música y del instrumento. Cuando toco jazz disfruto más porque yo vibro más con ese género, pero lo disfruto todo porque al final en cualquier género vas a encontrar un punto donde sentirte feliz. La energía del rock no se puede comparar con la del jazz, y si, cambia la energía sobre todo al bajarte de un escenario, pero todas son alucinantes.

¿Le augura un buen futuro a este instrumento?

El bajo está en auge sin duda ninguna, cada vez hay mas bajistas para hacer sus discos, su propia música más allá de la de acompañar en una banda. No es un instrumento de acompañamiento como se pensaban en los años 50 o 70 sino que a partir de algunos bajistas cogió el papel solista. Ya un bajista puede ser el líder de una banda. El bajo es un instrumento que no para de crecer y tiene mucho por dar y enseñarnos. Cada día aparecen más bajistas que no dejan de sorprenderme. Es un instrumento que sigue subiendo y sigue sorprendiendo.

¿Qué no se sabe de lo que puede ofrecer un bajo?

Aun hay muchas personas que siguen pensando que el bajo es para estar detrás de la guitarra dándole el grave…, a mi aun me han dicho después de un bolo ‘oye, que bien tocas la guitarra’ y yo decirle, es que es un bajo… eso ocurre todavía, pero supongo que poco a poco. No es nuestra misión culturizar a la gente, estamos para hacer música, y ser feliz haciéndola. Intentar que esa vibra llegue a la gente y transmitir eso.

Su último trabajo ‘De Paso’, ¿qué ‘feedback’ ha tenido de él?

Ha sido un poco agridulce. A nivel crítica y público ha gustado mucho y considero que tiene buenas canciones, pero lo saqué en febrero y en marzo llegó la pandemia, ¡no he podido hacer absolutamente nada en 2020!Ahora sí estoy cerrando conciertos para este año e intentaré hacer al menos 7 u 8 conciertos en España, a ver si se puede hacer.

En su particular historia de amor con el bajo, ¿cuántas veces ha buscado nuevos caminos para no ‘enfriar’ la relación?

Mi relación es muy sana: no te obliga a nada, no te pide nada a cambio, y no tiene celos si coges una guitarra.