Un día después de conocerse el ganador de la XXVII edición del Premio Literario Felipe Trigo y superada la sorpresa inicial, Fernando Villamía mostraba ayer su satisfacción a EL PERIODICO EXTREMADURA.

Minutos antes de actuar con la agrupación coral de la que forma parte, el autor de Judit y Holofermes , reconocía desde su ciudad de residencia --Alicante-- que era la primera vez que presentaba una obra a este premio. Le había motivado la buena reputación que tenía el certamen en los foros literarios. "Hablan muy bien de este premio literario, un prestigio ganado por su imparcialidad".

El único ganador de la edición de este año --el jurado dejó desierto el premio a la narración corta-- confesó que la noticia había supuesto para él un doble reconocimiento "por el propio premio en sí, y porque es un honor que mi obra haya sido elegida siendo presidente del jurado un escritor tan prestigioso como Eugenio Fuentes".

Dice de su obra que no es una novela compleja, a pesar de estar escrita en dos tiempos. Recurso necesario, porque una de las acciones transcurre en el pasado y otra en el tiempo más cercano al protagonista". Esta novela, en la que se narra una venganza demorada en el tiempo, es una reflexión sobre la forma en la que se construye la personalidad y su fragilidad. Confiesa su autor que lo que más le divirtió al escribir Judit y Holofermes fue crear la impostura del personaje protagonista y establecer la transformación de sus vidas. "Fue difícil, pero al mismo tiempo, un reto".