Tras ocho días en los que se han echado a faltar en la sección oficial a concurso propuestas más rompedoras y atractivas, el Festival de San Sebastián cerró ayer sus puertas con la película china Addicted to love (Adictos al amor), cuyo título despista bastante. El filme habla de amor, pero no del de una pareja que derrocha pasión loca, sino de la importancia del amor en la familia. Especialmente, cuando eres un anciano y tu mente empieza a fallar por el alzhéimer.

Dirigida por Liu Hao, Addicted to love es una película pequeña y con encanto que resume un poco el espíritu de lo que se ha visto en el certamen. Los dos protagonistas --dos personas mayores-- no son actores profesionales.