No hubo acuerdo. Las posiciones del jurado eran irreconciliables y, al final, Jean Moreau, como presidenta, optó por conceder el gran premio de San Sebastián a dos conceptos de cine tan distantes como un camello de un iceberg. El público, en cambio, no tuvo dudas: abucheos, silbidos y escasos aplausos para Mi hijo , la ópera prima de Martial Fougeron, y un sentido reconocimiento para Half moon (Media luna) , del director kurdo Bahman Ghobadi. Aunque nada fue comparable al estallido de entusiasmo que suscitó que Juan Diego recibiese el premio al mejor actor por Vete de mí .

Es la segunda Concha de Oro que recae en Ghobadi, solo dos años después de Las tortugas también vuelan . El cineasta kurdo regresa con Niwemang a ese mismo territorio devastado donde relató el amargo drama de los niños sin infancia. En ese desierto lleno de absurdas fronteras también transcurre la historia de Mamo, un anciano músico al que los kurdos adoran. El viaje que emprende con sus hijos para ofrecer un concierto en Irak es una gran poema fílmico sobre la ausencia de libertad y el poder de las voces acalladas.

RESPETO Y ESTIMA Mi hijo también logró el premio a la mejor actriz. La brillante interpretación de Nathalie Baye, desde luego, salva este duro relato sobre una madre asfixiante que no deja crecer a su hijo. Un personaje femenino atroz, de esos que no cuentan con la más mínima estima por parte de su director. Todo lo contrario al enorme respeto con el que el que Ghobadi trata a las mujeres que aparecen en su quinta película. No es de extrañar que Moreau, aún siendo francesa, no mostrara demasiado entusiasmo por el filme.

Tom DiCillo sí que contó con el apoyo de gran parte del jurado, que le concedió dos de los principales trofeos. Delirious , una singular comedia sobre el vacío de la fama, se llevó el premio al mejor director y al mejor guión. Steve Buscemi, genial en el papel de paparazzi, seguro, se lo puso realmente difícil a Juan Diego.

La gran perdedora, por las expectativas depositadas, fue Copying Beethoven , de Agnieska Holland, que solo recibió el reconocimiento del Círculo de Escritores Cinematográficos. La película por la que Ed Harris puede volver a ser candidato al Oscar no acabó de convencer al jurado, a pesar de la maestría de Holland a la hora de filmar la noche del estreno de la Novena

El cine español pasó más bien desapercibido en una edición que ha tenido la valentía --quizás demasiada-- de programar dentro de su sección oficial tres óperas primas. Entre ellas Lo que sé de Lola , de Javier Rebollo, o Las vidas de Celia , de Chavarrías.