El director de la Filmoteca de Extremadura, Francisco Rebollo, ha señalado que una vez superada la etapa de dar a conocer a esta entidad, ahora es cuando comienza el trabajo más duro y complicado: catalogar, restaurar y recuperar el patrimonio cinematográfico de la región.

Rebollo, en una rueda de prensa celebrada en Cáceres, hizo ayer balance de los cinco años de vida de esta institución.

BANDAS SONORAS "Hemos conseguido que la Filmoteca haya sido un verdadero servicio público, prestando apoyo y material a cuantos estudiosos se han acercado a ella para investigar o analizar diversos aspectos del cine", explicó.

El centro pone a disposición de los interesados sus documentos, películas, bandas sonoras y otros materiales, que pueden ser consultados en la sede o bien llevarse en préstamo.

El director manifestó su satisfacción por la integración de esta entidad en la sociedad extremeña, y por el interés que ha despertado en muchos colectivos como periodistas, abogados, médicos y otros interesados en hacer alguna actividad cultural.

En estos cinco años, según detalló, se han registrado más de 7.000 entradas en la Filmoteca extremeña, entre ellas, más de 3.500 películas, muchas de ellas en formato de cine, fotografías y bandas sonoras.

VERDADERAS JOYAS Ahora, insistió, llega el trabajo más duro, ya que hay mucho por restaurar. Según Rebollo, entre los muchos fondos que han pasado a formar parte de los de este centro "hay verdaderas joyas que hay que conservar", por lo que ha señalado que, a partir de este momento, llega un trabajo interno.

Durante estos cinco años el centro ha ofrecido 723 proyecciones y más de 47.000 personas espectadores.