Entre 200 y 250 obras de arte, de pintura, fotografía, escultura, audiovisuales y sonoras, se muestran del 26 al 29 de abril en el Centro de Exposiciones San Jorge y en la Iglesia de la Preciosa Sangre de Cáceres, dentro de la VII Feria Iberoamericana de Arte Contemporáneo Foro Sur, informa la agencia Efe. Este año se mantiene también el número de 25 galerías, al igual que en ediciones anteriores, en las que se ha comprobado que es el número idóneo para optimizar el espacio, y se aumenta de 7 a 9 las portuguesas, según destaca el consejero de Cultura, Francisco Muñoz. De las 25 galerías, nueve son portuguesas, una argentina y las quince restantes son españolas, procedentes de Extremadura, cinco de Madrid y el resto están repartidas entre Andalucía, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Castilla León y Galicia. Este certamen, según el consejero, ha tenido entre otros aciertos el haber favorecido el diálogo del arte contemporáneo español con el arte portugués e iberoamericano, y promover la participación de galeristas veteranos con otros más jóvenes. A las obras expuestas, dentro de las instalaciones del Centro de Exposiciones y de la Iglesia de la Preciosa Sangre, se sumarán las instalaciones artísticas que se podrán ver en distintos puntos de la ciudad, y que llenarán de arte y vanguardia sus calles durante los cuatro días de la feria. Por su parte, la comisaria de la feria, Rosa Queralt, remarca la presencia internacional de galerías, por las nueve portuguesas y la argentina Ruth Benzácar, dirigida ahora por la hija de esta galerista, ya fallecida, Orly Benzácar. Queralt destaca en el esfuerzo de la organización por traer galeristas internacionales, como es el caso de la galería argentina que traerá 20 obras a Cáceres, la cual supone en costes, entre seguros y transporte, "casi más que traer el resto de las obras de la feria". Además, indica, que se ha pedido a los galeristas que traigan obras de "rabiosa actualidad". Por ello, entre las propuestas de este año, se encontrarán montajes de vídeo y las obras sonoras, no entendidas como música, sino como obras que llenan de resonancias el espacio.