Cáceres tiene ya su novela: Historias de Ciconia . Ciento veinte personajes se mueven por sus páginas y por plazas, calles, parques, bares, pisos, lugares públicos de la ciudad durante una semana en los días de las últimas elecciones municipales del 2007.

Francisco Rodríguez Criado ha escrito "una declaración personal" sobre la ciudad donde vive. Autor de cuatro libros de relatos, que lo han convertido en uno de los escritores de cuentos de referencia en la región, y colaborador en las páginas de EL PERIODICO EXTREMADURA, su llegada a la novela ha sido producto del azar, según cuenta.

Su editor, Marino González, de De La Luna Libros, donde ha publicado Un elefante en Harrods , le inquirió para que le entregara su siguiente obra. "Tenía relatos, teatro; pero no una novela, que fue lo que él me pidió". Así que se puso a ello.

"Me di cuenta de que no se había escrito una novela sobre Cáceres y podría ser un buen tema", explica. Durante siete meses la historia fue creciendo. En realidad fueron creciendo múltiples historias de gentes (reales, pero con sus nombres cambiados, e imaginarias) que transcurren a lo largo de una semana. Y en esto recuerda a La colmena , de Cela, pero sin la visión desgarrada, pesimista del novelista gallego. "No es exactamente la historia de unos personajes sino de una ciudad; y no la he escrito al uso sino como un álbum de fotografías literario, como si me hubiera convertido en retratista durante el tiempo en que sucede la novela y hubiera ido tomando fotografías de lugares y gentes", explica Rodríguez Criado.

Presentado como una especie de collage de relatos, Historias de Ciconia se amplía con la inserción de frases entresacadas de carteles, de bares, esquelas de periódicos, promesas electorales copiadas de los programas de los partidos que disputaban las elecciones locales del pasado año..., y que recogen algo parecido al espíritu del tiempo de la ciudad.

"Aunque no retrata fielmente la realidad cacereña, --cuenta su autor-- pero sí he trasladado situaciones que me han contado o que he vivido, conversaciones que he captado y que dan la impresión de una ciudad pequeña donde se vive muy bien".

Un vagabundo

Es posible que muchos lectores vayan a la caza y captura de esos personajes reales convenientemente camuflados bajo otros nombres. Algunos, como por ejemplo, Leopoldo, un popular vagabundo recobra la vida en estas páginas. Y muchos de los lugares son reconocibles: la plaza de San Juan, la plaza Mayor, el santuario de la Montaña.

No hay una visión descarnada de estas ciudad de provincias. "Para eso está la prensa", contesta Rodríguez Criado. "Yo he reflejado personajes de todo tipo sin irme a los extremos".

En un sentido, Historias de Ciconia propone una visión amable de Cáceres. "Sí, es cierto. Si yo me hubiera criado en un barrio donde hubiera vivido situaciones extremas lo habría reflejado", afirma.

Así van compareciendo personajes como Adán, un librero de vida insatisfecha; don Angel, una persona de creencias conservadoras que matiene una relación de amor (es decir de amistad) y odio ("de amor, de amor", aclara el autor) con el camarero del bar donde desayuna cada día; Morenaza-81 y Matrix, dos adolescentes que se conocen a través de internet y se comunican por teléfono, o un anciano que imagina que su familia quiere envenenarlo.

El centro

Y en el centro de esta novela, si es que puede hablarse de una novela con un centro, está el propio autor, que decide, a la manera del Unamuno de Niebla , comparecer en el relato.

No solo eso; las páginas de Historias de Ciconia están atravesadas por la propia memoria de Francisco Rodríguez. Tomando como modelo el famoso escrito del autor francés George Perec, Me acuerdo , el escritor extremeño va contando en pequeños textos sus recuerdos de infancia de una forma nostálgica.

"La infancia es uno de mis temas. El otro es la muerte. Y sí, fui feliz de niño. Era la época en que uno podía ser feliz, no como hoy, que los niños parecen hombres. Yo vivía en la calle, en los billares y aparecía por casa para comer y cenar. Tenía sensación de libertad. Entonces los niños nos pegábamos, nos ensuciábamos. Algo así solo lo he visto en Cuba durante un viaje. Allí los niños también viven en la calle."

PRESENTACION

´Historias de Ciconia´ se presenta hoy en el colegio mayor Francisco de Sande de Cáceres (20.00) y mañana en el centro cultural Alcazaba de Mérida (20.30).