Del 20 al 28 de octubre lo mejor del otoño llega a Extremadura. Concretamente a Fuente de Cantos, porque esta estación aparte de ofrecernos, en mi opinión, lo mejor de nuestra gastronomía, arrastra buenos y serios aires flamencos. Aires flamencos en ese Otoño que el flamencólogo Francisco Zambrano (Fuente de Cantos, 1947) lleva ya catorce ediciones poniendo en pie. Cuatro jornadas bien condensadas entre el homenaje al cantaor de la tierra Juan Cantero, el dedicado a las mujeres flamencas extremeñas, el baile de Jesús Ortega y el broche de oro en el que, estoy segura, el que más y el que menos embriagado por esa ‘borrachera’ de arte, se echará una ‘pataíta’. Sabia flamenca para un sabio del flamenco. Vayan haciéndose sus cábalas para asistir. No saldrán defraudados. Palabra de Palop.

--XIV de un Otoño flamenco que va ganando cada año, ¿cómo se plantea este reto anual?

--Pues una vez más, con los mismos postulados con el que lo iniciamos hace catorce años: hacer una exposición de calidad de las tres disciplinas del flamenco. Apostar por el flamenco extremeño, reconociendo a sus maestros y creadores. Recuperar a valores olvidados o desconocidos y/o en la diáspora, y promocionar a los jóvenes valores y a las figuras emergentes.

--Homenaje al cantaor extremeño Juan Cantero. Hace unos días recibió otro de un nutrido grupo de flamencos y aficionados. ¿No cree que a menudo lleguemos tarde a la hora de vanagloriarnos de nuestro patrimonio flamenco?

--Bueno, ha habido mucho de eso, pero en este caso, salvo en su Mérida, donde ya le debían haber hecho un gran reconocimiento como el artista emeritense más importante, creo que no, porque el momento es oportuno: Juan está vivo y gracias a Dios bien de salud después de su última intervención. Ha recibido ya uno en Leganés, como figura retirada, y el nuestro, en el que le dedicamos todo el XIV Otoño Flamenco de Fuente de Cantos, algo que decidimos hace un año, cuando terminó la XIII edición. Es un homenaje como cantaor extremeño, maestro de los cantes extremeños y por su aportación, con un sello propio, tanto en los jaleos como en los tangos.

--Cuéntenos un poco en qué va a consistir estos dos fines de semana de gloria…

--Serán cuatro jornadas que abrirá Miguel de Tena presentando sus Fandangos de cacerías II, y a un niño de 10 años, Julián Jaramillo, que está irrumpiendo con fuerza, ganando concursos. Otra jornadas será para las mujeres extremeñas flamencas. La tercera será para el ciclo de la diputación ‘Pasión por el flamenco’ que este año nos ha concedido la actuación de Jesús Ortega. Y el Otoño Flamenco se cerrará con un gran Festival de Arte Flamenco, como siempre, en el que la figura estelar será Juan Cantero, con artistas invitados como Salomé Pavón y Antonio de Badajoz desde Madrid, y arropado con todos los artistas genuinos representantes de nuestro flamenco extremeño en sus tres disciplinas.

--Mujeres extremeñas…, el día de Extremadura también este grupo Meshtura representó a la región en el Teatro Romano de Mérida. A su juicio, ¿qué aporta y qué le queda por hacer a la mujer en el flamenco?

--A la mujer le queda reivindicar lo aportado al baile y al cante, y ganarse un sitio en el toque. En este sentido, este elenco de jóvenes mujeres extremeñas flamencas, que se reunieron con éxito en Mehstura hacen, en un original montaje, un derroche de musicalidad y frescura con el que reivindican a quejíos, el puesto que con mucho esfuerzo ya han conseguido en la sociedad, en el flamenco en general, y en el extremeño. Todo, para que se les tenga en cuenta y se les incluya en futuras muestras flamencas, por merecimiento propio.

--A Jesús Ortega le acompañará Yoko Tamura, japonesa y bailaora de pro. ¿Ya ha superado Japón en conocimiento y afición a nuestro país?

--Eso no ocurrirá nunca. Japón nunca superará en conocimiento y afición a España. El flamenco es un arte genuinamente de nuestro país. Donde sí nos han superado es en el número de academias. Yoko Tamura y Jesús Ortega le darán, una vez más al Otoño Flamenco, ese toque y aire de internacionalidad que tan bien le viene al flamenco.

--Lleva toda la vida dedicado al estudio y a la difusión del flamenco extremeño. Desde que comenzó hasta ahora ¿en qué hemos mejorado y en qué nos hemos seguido quedando atrás?

--Hemos mejorado en los artistas jóvenes, que están muy preparados y hoy no tienen ningún complejo con respecto a los foráneos. Hemos empeorado en el asociacionismo que se ha atomizado y politizado. Aquí juntos somos poco, y separados ni eso. Falta unión y unidad de criterios.

--¿Cuál cree que debe ser el papel de las instituciones públicas respecto al flamenco?

--Las Instituciones deben ayudar y apoyar, tanto a los artistas como a las asociaciones, pero sin dirigirlos. Y siempre dándoles libertad de proyectos porque ellos son los verdaderos agentes del flamenco.

--¿Con qué convencería a un neófito a este arte de que se acercara a este mundo?

--Diciéndole que repare en que el flamenco es el arte más humano, el que mejor expresa los sentimientos ya sea en forma de penas o de alegrías. Por eso el flamenco es Patrimonio de la Humanidad, y al mismo tiempo, los sentimientos de la humanidad son patrimonio del flamenco.

--¿Se atreve a darme una lista de tres, de las tres disciplinas flamencas, de imprescindibles de este arte?

--Es muy difícil porque le tendría que dar tres de cada época, porque cada época tiene su ‘aquel’, con distintos gustos, medios y componentes. Pero me atrevo a señalarle: en el cante, al maestro Fosforito porque actualmente es el que ostenta la referencia por su trayectoria ejemplar. En el toque, al indiscutido Paco de Lucía, y en el baile, sin olvidarme de Farruco, en el flamenco me quedo con la universalidad de los dos grandes ‘Antonios,