Desde Mallorca, afirma Agustín Fernández Mallo que el confinamiento no ha cambiado mucho su cotidianidad, informa Elena Hevia. «En casa hago lo mismo que antes. Lo que sí se han cortado en seco son las conferencias y talleres con los que los autores solemos sobrevivir. Aplico lo de afilar la creatividad ante una situación absurda. Así que escribo mucho y me dedico a acabar proyectos, como siete canciones que lancé a la red con mi mujer, Pilar Rubí». El autor de La trilogía de la guerra recomienda Pequeño mundo ilustrado, de María Negroni (Wunderkammer). «Es un libro construido como un gabinete de curiosidades, como una enciclopedia personal con entradas breves que se van fijando en detalles tanto de ficciones, objetos o hechos históricos que se concretan en muñecas automáticas, relatos de Borges o un aspecto de Ciudadano Kane. Erudito y entretenido, es perfecto para este momento en que estamos recluidos porque me lleva a miles de kilómetros».