Histórico. Así se podía calificar la décimo sexta edición del Premio Felipe Trigo fallado el viernes en Villanueva de la Serena. Por primera vez un villanovense y periodista de profesión, Diego González, lograba alzarse con el premio en la categoría de narración corta por La importancia de que las abejas bailen , dotado con 6.500 euros.

El premio a la mejor novela se fue hasta Málaga, donde reside el autor de Regina angelorum , Alberto Castellón, doctor en matemáticas.

Respecto a la narración con la que Diego González ganó el Felipe Trigo, la presidenta del jurado, Lucía Etxebarría, señaló que fue seleccionada por la atmósfera poética y el ritmo intimista y seductor que contiene su historia. Aseguró que había sido una elección difícil por la calidad de las obras finalistas, por lo que el jurado otorgó una mención especial El correo del norte , de Javier Serena, de Navarra.

Iniciación a la vida

El escritor extremeño, jefe de sección y columnista de EL PERIODICO EXTREMADURA, vivió desde la lejanía el fallo del premio. Le llamaron a Ronda, donde recogía otro galardón, el de poesía Ciudad de Ronda, que ganó el pasado año con Mil formas de hacer la colada .

La novela premiada narra una historia ambientada en Las Hurdes a mediados de los años 40. Es un relato de iniciación a la vida protagonizado por una adolescente. "No hay referencias históricas", explica González, que sitúen al lector en la posguerra española. Su narración se mueve en un terreno sugeridamente mágico, señala, y ese tono es el que preside el relato.

Ganar premios, le permite "que se fijen en uno y abre posibilidades para la publicación. De lo contrario es difícil llegar a las editoriales", afirma.

La nota emotiva de la velada literaria la pusieron precisamente los padres de Diego González, que, emocionados, explicaron que a su hijo siempre le gustó escribir y que cuando llevaba tres años estudiando Informática comenzó a estudiar Periodismo.

Por su parte, el ganador del Felipe Trigo de Novela se confesó ilusionado porque el año pasado había presentado la misma obra a este certamen, pero en la modalidad de narración corta, sin éxito. "Empecé a escribirla hace tres años, pero en principio era una novela corta. Pero vi que tenía posibilidades de darle más empaque de novela y le metí un estirón".

Lucía Etxebarría dijo que Regina angelorum estaba muy bien trabajada y estructurada para mantener el suspense. "Es una obra que invita a continuar leyéndola".

El acto lo presentó el periodista Luis del Val, y contó con la presencia de Carmen Trigo, nieta del autor de Jarrapellejos , del consejero de Cultura, la delegada del Gobierno, la corporación municipal y representantes de la vida cultural y social. El presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra pidió a los extremeños en su discurso creer en sus oportunidades y futuro. "Nunca más un extremeño hundiendo la cabeza y diciendo que parece que somos los últimos". De igual modo se refirió a las reformas de los Estatutos de Autonomía y propuso que la del extremeño recoja dos idiomas: el castellano, y el Linex (software libre ), y que ambos sean requisitos para trabajar en la administración pública extremeña.

El alcalde de la localidad, Miguel Angel Gallardo, destacó la labor de la comisión lectora y los anteriores gobiernos por desarrollar el Felipe Trigo.