Con El secreto de sus ojos, el cine argentino obtuvo su segundo Oscar a la película extranjera. Dicen en la industria local que el premio equivale al Mundial de fútbol, y más en un país donde hay que remar a contracorriente para llegar al día del estreno. Por estas horas, Juan José Campanella, el hombre que vuelve a Buenos Aires con la estatuilla, recibe una catarata de mimos que lo llevan a la incredulidad. Hasta la presidenta Cristina Fernández de Kirchner habló de cine y del Oscar. "Quiero felicitar a Campanella y a esos cuatro actores emblemáticos", dijo sobre el director y sus figuras: Ricardo Darín, Soledad Villamil, Guillermo Francella y Pablo Rago.

La presidenta suele ser esquiva en cuestiones culturales. Pero la consagración en Hollywood es otra cosa. "Les aclaro que la vi dos veces, porque es una película que me impactó. Algunos me decían que no sabían si iban a entenderla. Cuanto más argentina sea, más la van a entender. Pinta tu aldea y serás universal", dijo la mandataria.

Darín se sintió halagado por la llamada presidencial. "Tuvo palabras claras y cordiales. Es un gesto que valoro mucho", dijo. Le llamó la atención que miles de argentinos estuvieran ante la tele a la espera del fallo.

No podían faltar ayer las comparaciones entre el Oscar de 1986 con La historia oficial (Luis Puenzo) y El secreto de sus ojos . Al respecto, Darín dijo: "Era otro momento del país, entonces teníamos heridas duras que aún no se cicatrizaron". Se refería a las secuelas de las violaciones de los derechos humanos. Ambos filmes abordan el pasado lacerante. Puenzo se centró en los hijos de desaparecidos que fueron apropiados por simpatizantes de la dictadura. En cambio, Campanella ambientó su historia de amor y recato en los albores del golpe.

5.000 copias falsas

La consagración de Campanella suscitó polémicas en círculos intelectuales. El director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, la tildó de "folletín". El escritor Alan Pauls consideró que vuelve a instalar la idea de que Argentina necesita un cine "industrial" en el que se valore más la taquilla que el riesgo. Mientras, la policía secuestró ayer 5.000 copias falsas de la película de Campanella en el centro de Buenos Aires.

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