Se sabía que Gaspar Noé la iba a liar con su nueva película, más que nada porque con la anterior, ´Irreversible´, había provocado hasta desmayos aquí en Cannes. Lo curioso de ´Enter the void´ --presentada ayer a concurso-- es que impacta menos por sus imágenes de fetos abortados y de sexo explícito como porque aguantarla entera es un auténtico test de resistencia, a menos que para verla uno se tome lo que Noé debio de consumir al rodarla. Es posible que este acid trip disfrazado de meditación sobre la muerte y la reencarnación sea una tomadura de pelo en toda regla. Mucho mejor recibida fue ´The time that remains´, de Elia Suleiman.