La octava Bienal de Arquitectura, una exposición que muestra los 34 mejores proyectos realizados tanto en España como en el extranjero por arquitectos españoles, se inauguró ayer en el Palacio de Sobrellano de Comillas (Cantabria), donde estará hasta el próximo 15 de septiembre. Durante la presentación, celebrada en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, la ministra de Vivienda, María Antonia Trujillo, afirmó, que el Gobierno "tiene previsto aumentar los fondos destinados a fomentar la arquitectura", sin especificar la cuantía.

Los premiados en esta octava edición, entre los casi 400 trabajos que se presentaron, han sido el estudio barcelonés EBMT Arquitectes, de Benedetta Tagliabue y el fallecido Enric Miralles, por su proyecto del Parlamento de Edimburgo (Premio Manuel de la Dehesa, dotado con 30.000 euros), y el arquitecto bilbaíno Eduardo Arroyo, por el estadio de fútbol Lasesarre, en Barakaldo (Premio Enric Miralles, con 15.000 euros). El jurado otorgó la mención especial a la explanada del F²rum 2004 y la planta fotovoltaica de Barcelona, de José Antonio Martínez Lapeña y Elías Torres i Tur.

La muestra exhibe este año un mayor número de obras que en ediciones anteriores. "Hemos tratado de incorporar una mayor diversidad, tanto en envergadura como en orientación. Una diversidad que responda a la complejidad que representa la realidad actual", señaló en la presentación la directora de la Bienal, Dolores Alonso Vera, para quien los trabajos seleccionados son ejemplos de una arquitectura "comprometida, que investiga y se pregunta cosas".

Prueba de esta heterogeneidad son proyectos como el Museo de Arte Contemporáneo de León, un centro de atención primaria en Girona, una piscina flotante sobre el río Spree (Alemania), la casa sacerdotal de Plasencia y el Centro de Convenciones Internacional de Barcelona.

"Pocas veces se han presentado tantas obras y de tanta calidad", subrayó Carlos Hernández Pezzi, presidente del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España.