A veces las casualidades dirigen las mejores historias. El origen de la que protagoniza Ceferino López se remonta a la voluntad de elaborar diseños de chapas para que sus hijas las comercializaran en mercadillos. A partir de ahí comenzó a conocer a profesionales de la ilustración y la curiosidad le llevó a editar series de cuatro y seis para vender en packs . "Me quedé enganchado con las chapas", apunta a este diario López. Fue así como pasó de padre dedicado a editor de chucherías afincado en Mérida. Ese coqueteo con el mundo de la ilustración provocó que volcara su inquietud en un proyecto personal y arriesgado a partes iguales, la edición editorial.

De este modo, hace tres años decidió hacer una selección de los primeros autores y desarrolló el proceso de edición hasta acabar con un producto a pequeña escala decorado con una chapa --ilustrada también--. Así nacieron sus gominolas para leer. El motivo del nombre de la editorial tiene su origen en dos pilares de sus apodados con acento extremeño librinos : el formato y el precio. "Una vez estaba en una feria y se acercó alguien y dijo que eran tan pequeños y barajos que parecían chucherías", recuerda López.

Con respecto a la particularidad de editar en 9 x 6, el artesano del papel asevera que responde en primer lugar a que el formato le parece "atractivo y diferente", y por otra parte, añade que se debe a una cuestión de limitación económica. "Esta opción minimiza los costes", acota el editor.

La editorial, que comercializa los ejemplares en un comercio físico, en ferias de arte y a través de la web www.chucheriasdearte.com, basa su trabajo en la edición artesanal. De hecho, el proceso para completar un boceto para tirada puede oscilar de dos días a semanas. "Depende de si el ilustrador también participa en el proceso", añade y apunta que "es lento porque tenemos que quedar satisfechos los dos, el profesional y el editor".

Aparte de sus afamados ya librinos , López ha ampliado el negocio a las fotoselecciones, cuadernos de esbozos de artistas y desde hace nada, también, dedica su proyecto a los cuadrinos , reproducciones de láminas de autores. Eso sí, con el respeto a la escala mínima para que las piezas quepan en las manos.

Un 'quiosco' en la maleta

Consciente del impacto del diseño en los ojos de los lectores, López presenta su proyecto en loa que ha denominado la salita ambulante . El mismo la define como "una experiencia de comunicación con formato sugerente que remite al tiempo de arte y al tiempo de juegos".

Con un tamaño que apenas ocupa el espacio de una maleta, López viaja con sus obras y monta su estand en cada feria a la que viaja. El expositor tiene doble función. Por un lado, muestra todos los ejemplares de los libros que estén a la venta y por otro, cada cierto tiempo López selecciona la obra de algún autor y la expone a gran formato en sus paredes temporales junto a las piezas. Este mes, el quiosco ambulante muestra el trabajo de Pedro Arjona. "Sirve para mostrar las obras y para promocionar el trabajo de un autor", apunta el editor afincado en la región.

Durante estos tres años ha acumulado más de un centenar de firmas y ha recorrido las principales ferias de arte en ciudades españolas como Donosti artean o la Festival Internacional de grabado de Bilbao. La próxima parada que hará con su maleta de librinos a cuestas será la feria de arte contemporáneo emergente Justmad que se celebra en Madrid del 23 al 28 de febrero. Allí dará a probar a los curiosos que se acerquen las gominolas ilustradas con sello extremeño.