La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, considera que si el todavía presidente de la Academia de Cine, Álex de la Iglesia --que anunció su dimisión ayer para después de los Goya--, ha llegado a la conclusión de que ya "no puede" seguir ejerciendo ese papel "institucional" es "mejor que deje el cargo" y ha señalado que la actual vicepresidenta de la institución, Iciar Bollaín, "podría sucederle".

"Habrá reflexionado mucho antes de tomar esa decisión, es una persona inteligente, y si es la que ha tomado, yo la respeto", ha resumido Sinde en los pasillos del Congreso, antes de apuntar que la "academia tiene fortaleza y mecanismos suficientes para afrontar su 25 aniversario" y que Bollaín es la vicepresidenta y podría sucederle.

La titular de Cultura ha reconocido que no ha hablado con De la Iglesia desde que este lunes anunciase que dejará la Presidencia tras la gala de los Premios Goya en protesta por la conocida como Ley Sinde.

Según ha explicado la ministra, el martes estuvo "trabajando" en Pamplona y no tuvo "ocasión" de hablar con De la Iglesia, al que ese día definió como un "magnífico presidente" y afirmó que "sería bueno" que no dimitiera.

Reunión mañana

De la Iglesia ha anunciado hoy en su Twitter que se reunirá mañana con la junta directiva de esta institución para "valorar la situación" tras anunciar que dimitiría. Mientras desde la Academia siguen sin tener una confirmación oficial de la decisión anunciada ayer por su presidente, el realizador vasco continua utilizando esta red social como vía de comunicación.

Es su tweet de esta mañana, el director de Balada triste de trompeta, mostraba su enfado por la interpretación que se ha dado al anuncio de su dimisión. "Al parecer no todo el mundo ha entendido las razones por las que dimito. Creía que estaban claras en mi carta y mis declaraciones en Twitter", asegura.

Para aclarar la situación, vuelve a argumentar: "Comencé un diálogo con las partes afectadas. Busqué puntos en común y los encontré. Busqué propuestas y se me ofrecieron, y los hice llegar al gobierno y a la oposición, como era mi deber".

Este diálogo empezó después de que la ley Sinde fuera tumbada en el Congreso en diciembre, momento en el que De la Iglesia rompió una lanza a favor de la ministra de Cultura diciendo: "Es mucho más sencillo para todos no hacer nada. Quedarnos mirando y no solucionar las cosas, porque así no te cae una lluvia de hostias, como le cae a todo el mundo que hace algo".

Cambio de opinión

Pero después de las críticas recibidas por sus declaraciones, decidió reunirse con los opositores a la disposición final segunda de la Ley de Economía Sostenible y escuchar sus argumentos. "El resultado de esos acercamientos me hizo cambiar de opinión acerca de la ley, y la redacción final del texto no me resultó satisfactoria, y así lo expresé. Sin embargo, considero que yo no puedo imponer mi forma de ver las cosas al resto de los compañeros de la profesión, y pido disculpas por ello", asegura en Twitter.

De la Iglesia vuelve a rubricar el motivo de su dimisión. "Como presidente debería mantenerme al margen de valoraciones personales sobre temas tan graves como éste, y no he sabido, o no he podido hacerlo a la hora de responder con sinceridad a las preguntas que se me hacen, por lo que creo que lo más honesto es dimitir", insiste.

El director de La comunidad también responde a las críticas sobre su dimisión no inmediata, sino postergada al 14 de febrero, una vez finalizada la 25ª entrega de los premios Goya que otorga la Academia y que este año se celebrará, por insistencia de Álex de la Iglesia, en el Teatro Real de Madrid. "No quiero abandonar el trabajo comenzado, y dar la impresión de dejar el puesto sin hacerme responsable de ello. Por eso no quería hacerlo antes de la gala del aniversario donde he puesto un gran esfuerzo y dedicación", concluye.