¿Gruesos? ¿Rellenitos? ¿Orondos? No son más que subterfugios para no usar la palabra correcta: gordos. El término no deja lugar a dudas. No las ha tenido Daniel Sánchez Arévalo al dar este título a su segundo filme, que rueda estos días y para el que ha elegido a actores de talla grande y a otros flacos a los que ha hecho engordar para someterlos a una cura de adelgazamiento por necesidades del guión.

"Aquí no hay ni trampa ni cartón. Esto no es Eddy Murphy", explica, durante un descanso del rodaje, el realizador que acumula 11 premios --tres goyas, entre ellos-- por su ópera prima, Azuloscurocasinegro . Cuando estaba aún montando la música de este filme anotó en un papel: "Una historia de gordos". Meses después se puso a escribir. El siguiente paso fue enviar un sms a su amigo del alma, Antonio de la Torre --uno de los que se llevó un Goya--, con el siguiente texto: "¿Estás dispuesto a engordar 30 kilos?". "No me dejes fuera de este proyecto", respondió el actor. La sintonía es total entre ambos.

De la Torre se puso en manos de un especialista en nutrición, Antonio Escribano, que ha hecho milagros con los jugadores del Getafe y el Sevilla. La transformación es impresionante. No solo ha cogido peso --ha pasado de 70 a 105 kilos--, sino que ahora tendrá que perderlo. "Me ha cambiado el eje; ahora no puedo ir encorvado, la tripa me obliga a ir muy tieso", comenta De la Torre, que ha descubierto las dificultades de los gordos. El personaje que interpreta en esta película coral --el reparto lo completan Raúl Arévalo, Roberto Enríquez, Verónica Sánchez, María Morales, Fernando Urbizu y la debutante Leticia Herrera-- es el de un vendedor de píldoras adelgazantes. ¿Cómo llega a engordar? Sin revelar más del guión, sonríe y responde: "Nuevo rico, nuevo gordo".

Pero Gordos no va de eso. Ante la variedad de subterfugios que la periodista pone encima de la mesa, los actores se ríen y explican: "¿Ves como en la película, los personajes no saben aceptarse y por tanto, cómo llamarse", afirma Urbizu, que es el gordo estable del filme porque ya llegó con muchos kilos al plató. "Habla de la sociedad de la opulencia, de dónde reside la felicidad", explica De la Torre. "Es una comedia sobre el drama de la vida", añade.

Contradicciones

Daniel Sánchez Arévalo sostiene que el mundo de sus ficciones, como en Azuloscurocasinegro , es el de la "contradicción del ser humano" y que Gordos aborda la necesidad de asumir esa contradicción, "no la culpa, porque esta bloquea, sino de asumir la coraza con la que salimos a la calle". ¿Porqué ha rechazado los trucos o los efectos especiales? "Al tener una base dramática sólida no podemos hacer algo falso" , dice el realizador.

A Sánchez Arévalo le gusta trabajar con la presión del estado físico de los intérpretes, incluso con un guión abierto a las sorpresas. "Vivo por y para los actores. Ellos son los que dan la cara", indica y añade: "Creo en el cine para el público. Quiero que sea una experiencia emocional intensa". Seguramente, Gordos lo será.