Mónaco vivió el sábado por la noche una de sus citas anuales más esperadas: el Baile de la Rosa, una fiesta benéfica creada por la princesa Grace en 1964. A pesar del paso del tiempo, la celebración, que anoche reunió a casi 900 personas, despierta cada año una gran expectación.

En un Sporting Club de Montecarlo cubierto por 25.000 rosas, los hijos de la princesa Carolina se convirtieron en el centro de todas las miradas, especialmente Carlota (en la foto de la derecha). Ella, Pierre y Andrea bailaron hasta la saciedad la música Tziganie, que disfrutó especialmente el príncipe Alberto (en la otra imagen, en plena jarana con Camila de Borbón Dos Sicilias). Destacó la presencia del modisto Kart Lagerfeld y la ausencia de Estefanía.