Desmadre y desparpajo contagiosos, sobrado de rasgueos, compás y frescura, son marca de la casa de Los Delinqüentes. El grupo jerezano acaba de regresar al ruedo discográfico con Bienvenidos a la época iconoclasta , (quinto álbum, el primero que publican con el sello El Volcán) inyectando electricidad, rock y psicodelia a su ya de por sí original propuesta. "Quien quiera una buena dosis de alegría, aquí la encontrará", promete el cantante Marcos del Ojo, alias el Canijo. El otro cabeza visible de la banda, el guitarrista Diego Pozo, también tiene un apodo curioso: el Ratón. Y ambos son los cimientos de una formación que va creciendo "a veces somos 10 sobre el escenario", apuntan.