Desde la muerte de José Luis Borau no había en la Real Academia Española (RAE) un cineasta que defendiera la singularidad de la palabra vinculada a la imagen. Esa carencia empezó a enmendarse con la elecció, el pasado 16 de abril, del director de cine y escritorcántabro Manuel Gutiérrez Aragón (Torrelavega, Cantabria, 1942) para el sillón F mayúscula, que dejó vacante el fallecimiento de José Luis Sampedro. Este domingo Gutiérrez Aragón, posiblemente el más popular de los directores de la Transición, leyó su discurso de ingreso titulado ‘En busca de la escritura fílmica’.

El texto mostró evocó el aprendizaje del autor a la hora de dominar el "esquivo” e “indómito” lenguaje cinematográfico desde sus primeros tiempos en la Escuela Oficial de Cine de Madrid, en los años 60 y sus profesores eran Luis García Berlanga, Carlos Saura, Borau o Basilio Martín Patino. De aquellos tiempos recordó lo muy alejada que estaba España de los estrenos internacionales y la dificultad de ver las películas de autores tan fundamentales como Antonioni, Godard, Visconti y también del maestro Luis Buñuel, cuyas películas estaban “prohibidas”.

El discurso fue también una reflexión sobre el lenguaje cinematográfico. “Al espectador le puede parecer algo normal, muy parecido al que hablamos todos los días, pero no es así en absoluto, ya que los signos y las reglas de la narrativa están mucho más codificados de lo que puede parecer”.

El realizador de películas tan memorables como ‘Maravillas’, ‘El corazón del bosque’, ‘Demonios en el jardín’, ‘La mitad del cielo’ o ‘Habla mudita’ -además de dos adaptaciones de ‘El Quijote’, una para la televisión y otra para el cine- mostró también su vertiente más irónica y autocrítica cuando recordó sus reticencias a acatar las convenciones cinematográficas que le intentaron inculcar sus profesores, tanto en lo que respecta a la teórica como en las prácticas fílmicas. “Por esa razón, fui reiteradamente suspendido”, recordó. “La urgencia es la medida del rodaje. Las palabras, ‘motor’, ‘acción’ son una invocación a fuerzas invisibles que, una vez conjuradas, provocan emociones y sucesos en cadena. Cada toma es única, puede repetirse, pero el tiempo aquel no nos es devuelto”, explicó.

RETIRADO DEL CINE

Propuesto por los académicos Luis Mateo Díez, Jose Manuel Sánchez Ron y José María Merino, atendiendo a la necesidad de la RAE de acoger a un creador relacionado con el cine, Gutierrez Aragón, que el pasado 2 de enero cumplió 73 años, anunció hace 8 años que se retiraba del cine. Comenzó entonces una provechosa carrera como escritor y en el 2009 debutó como escritor de ficción con La vida antes de marzo, novela por la que obtuvo el Premio Herralde y recientemente publicó el libro 'A los actores'.

El realizador tuvo también un recuerdo emocionado para su predecesor en el sillón F mayúscula, José Luis Sampedro, “un sabio, un hombre de bien y escritor tan admirado como querido”. Y cerró su discurso evocando a su maestro y amigo Luis García Berlanga que consideraba que el guion de cine es “un policía dentro del rodaje”. De ahí que el director de ‘Bienvenido, Mister Marshall a todo aquel que le recordara que se estaba alejando de lo que decía el guion original solía gritarle: “¡La Gestapo, la Gestapo! Ya está aquí la Gestapo en el plató!”.