Es peruana pero vive en Barcelona. Su segunda película, La teta asustada , ha ganado el Oso de Oro de la Berlinale.

--El triunfo en la Berlinale supone la validación de su forma de contar historias y de su visión del mundo.

--Cada una de mis imágenes responde al intento honesto de poner la cámara en un lugar concreto para extraer de ella algún tipo de significado relevante y necesario. Sé que suena pretencioso, pero el mero hecho de pedirle a la gente que se siente frente a la pantalla durante dos horas para ver tu película es pretencioso, así que más vale que les cuentes algo interesante, y que lo hagas con una voz propia y firme.

--En su caso, ¿cuáles son las principales influencias que hay detrás de sus dos películas, Madeinusa y La teta asustada ?

--Incontables. Está José María Arguedas, escritor y antropólogo peruano y gran difusor de la cultura quechua; están las películas de Zhang Yimou, que tiene un dominio de la imagen único, y las de Jane Campion, y especialmente en La teta asustada las del húngaro Béla Tarr. También, cómo no, Gabriel García Márquez, que ha influenciado toda la cultura latinoamericana. Y soy amante de los musicales desde pequeña, así que seguro que también me inspiran.

--El premio del jurado fue a parar a Gigante , coproducción entre Argentina y Uruguay. ¿Qué supone para el cine latinoamericano este doble triunfo?

--Es tremendamente importante, porque hacer cine en Suramérica puede resultar muy, muy difícil. Pero yo creo que es más importante que entre los premiados por un festival europeo haya una peruana, un iraní, un argentino y un maliense. Es una invitación a que tendamos las manos a otros lugares del planeta, a que tendamos puentes entre las diferentes culturas y aprendamos a convivir. Porque este es el mensaje de La teta asustada .

--¿Realmente cree que el cine puede cambiar el mundo?

--Yo creo que sí. El cine es una herramienta unificadora muy poderosa, porque tiene una capacidad tremenda para penetrar en todos los lugares del mundo.