Es probablemente el caníbal más famoso de la literatura y el cine y, si se hace caso de lo que dictaminó en el 2003 el Instituto de Cine Americano, el mejor villano que ha pasado jamás por el celuloide. Pero antes de eso, Hannibal Lecter también fue niño, hijo y hermano. Esos primeros años de su vida, entre los 6 y los 20, marcados por la tragedia y la brutal muerte de sus padres y su hermana, son el eje de Hannibal rising , la cuarta entrega de la serie escrita por Thomas Harris, que ya tiene fecha de publicación definitiva en Estados Unidos: el próximo 5 de diciembre.

El escritor acaba de entregar un manuscrito de 365 páginas que debería ser suficiente para saciar el apetito de los millones de lectores que devoraron sus obras anteriores sobre el caníbal: El dragón rojo (publicada en 1981), El silencio de los corderos (1988) y Hannibal (2001). Pero cuando se habla de un personaje cuyo salto definitivo a la fama llegó al cine de la mano de Anthony Hopkins, y cuyas tres novelas se han traducido hasta ahora en cuatro películas, es imposible no pensar en la gula.

Dos meses después de la publicación de Hannibal rising se estrenará en las pantallas Young Hannibal , una adaptación dirigida por Paul Webber y cuyo guión firma el propio Harris.

Tanto el libro como la película, según se ha anunciado, profundizan en la infancia y la adolescencia de Lecter, de las que sus seguidores ya tienen algunas claves. Gracias a las entregas anteriores se sabe que Lecter nació en 1938 en Lituania dentro de una familia aristócrata, que su padre era conde y que su madre llevaba el distinguido apellido milanés Visconti.

Es sabido también que tenía una hermana menor, Mischa, que como él fue tomada como prisionera por los soldados desertores alemanes que asesinaron brutalmente ante sus ojos a sus padres. Y la pluma de Harris ya había hecho posible intuir que en el canibalismo de Lecter se paladeaba la venganza por haber visto cómo la pequeña era devorada en el inclemente invierno ruso por esos soldados de los que él escapó.

El libro se ha hecho esperar, pero, según los editores, --que han entregado a Thomas Harris un cheque con siete ceros por Hannibal rising y otra futura obra y que van a sacar de la primera hornada de la imprenta 1,5 millones de ejemplares--, "el libro bien merece la espera".

El único ingrediente de este esperado regreso del asesino múltiple que puede dejar mal sabor de boca a algunos es que en los títulos de crédito de Young Hannibal, el nombre de Anthony Hopkins no aparece por ninguna parte.