Asus 71 años, Harrison Ford ha vuelto a subirse a una nave espacial. En El juego de Ender ejerce de instructor militar del protagonista, un adolescente que ha de salvar la Tierra de un futurista ataque alienígena usando técnicas de guerra aprendidas en videojuegos. Ciencia ficción de corte comercial que el actor defendió a capa y espada, y con altas dosis de humildad, en su reciente visita a Madrid. A estas alturas dice seguir aprendiendo en cada película.

--En su último trabajo se dedica a aleccionar a jóvenes. ¿En el rodaje también era como un maestro con los actores adolescentes?

--No, cuando trabajo me veo entre iguales y comparto con ellos las mismas ambiciones. No me corresponde dar consejos a los menores, aunque a veces sí me atrevo a dárselos a los adultos. Es mejor que los jóvenes se sientan libres para pensar y hacer lo que quieran. En el rodaje procuré que no profesaran hacia mí ningún respeto antinatural y ellos entendieron rápidamente que yo estaba allí solo para hacer bien mi trabajo, nada más. El director me pidió que no me mostrara demasiado cercano a ellos, que guardara las distancias. No por mí, sino por mi personaje, que ha de ejercer una fuerte autoridad ante los chicos. Esa tensión ambiental nos fue de gran ayuda.

--Muchos años después, vuelve a subir a una nave espacial. ¿Qué sintió?

--Nada en especial. Nunca tuve en cuenta el género de la película que hacía, solamente me preocupó encontrar buenos personajes y trabajar con gente ambiciosa y con talento. Que la historia sea de acción, de aventura o de ciencia ficción es algo secundario para mí. A lo largo de mi carrera siempre he procurado hacer películas diferentes.

--Y en numerosas ocasiones le tocaron papeles de militar. Ahora también. ¿Se le dan bien esos personajes?

--Esa es una apreciación que no comparto. He rodado más de 50 películas y si mira en ellas me verá haciendo papeles de todo tipo. Mi planteamiento siempre fue: aquí hay un personaje con un problema, vamos a ver cómo lo soluciona. A veces resulta que el tipo era militar, en otras ocasiones no, pero ese matiz nunca me pareció importante.

--La idea que traslada El juego de Ender es que a veces hay que hacer un mal para evitar otro peor. ¿Está de acuerdo?

--El objetivo que persiguen los personajes es preservar la raza humana. El protagonista, Ender, tiene un arma: sabe empatizar. Esta capacidad le permite adivinar los planes del enemigo para vencerle. Más allá de esto, prefiero no hablar del mensaje de la película y que el público lo descubra por sí mismo. La magia de este arte es que entras a una sala a oscuras junto a personas que no conoces y conectas con ellas mirando una gran pantalla. La función del cine es crear el contexto para que se dé esa conexión.

--Las ideas de Orson Scott Card, el autor del libro en el que está basada la película, han sido tachadas de fascistas. ¿Les ha afectado esta circunstancia?

--Esa controversia no es el punto de vista del libro. Por lo que a nosotros respecta, puedo asegurar que en el rodaje no había ningún fascista, desde el chico del cátering hasta el productor. Para mí una película fascista es aquella en la que están continuamente pegando tiros, rompiendo coches y estallando bombas. Esta cinta no tiene nada que ver con eso.

--¿No cree que la película da una imagen fascista del estamento militar?

--No nos corresponde a los actores opinar sobre la moralidad del argumento, prefiero que el público piense por sí mismo. A mí solamente me preocupa que la gente conecte emocionalmente con los personajes que interpreto. Esta es una película para verla con los hijos. Luego, en casa, surgirán discusiones y unos y otros decidirán si mi papel es el de un fascista.

--Después de tantos años, tantas películas y tantos papeles, ¿le queda alguna espina clavada que no se haya quitado?

--Sí, por supuesto. Quiero hacer todo lo que no he hecho todavía y seguir trabajando con gente interesante. Cada proyecto me enseña cosas, uno no termina de aprender nunca. Ni de este oficio, ni de las personas con las que trabajo. Espero morirme en mitad del rodaje de una película.