Tras una temporada de recogimiento, vida familiar y creación de canciones en la sombra, Estopa (de padres extremeños) vuelve a poner en marcha su maquinaria. Un nuevo álbum, Fuego, y la perspectiva de dos conciertos en el Palau Sant Jordi (14 y 15 de diciembre), motivan la cita con David y Jose Muñoz en su estudio de grabación de Sant Feliu de Llobregat.

--Cuatro años desde ‘Rumba a lo desconocido’. ¿Necesitaban parar?

--David Muñoz: Necesitábamos hacer canciones sin presión. Cuando escribimos una canción siempre pensamos que va a ser la última y que ya no se nos van a ocurrir más.

--Para poder hacer canciones hay que vivir.

--D. M.: Sí, sin estrés. Sin esa responsabilidad de tenerlo que hacer bien en un concierto. Esa presión existe y desgasta.

--Jose Muñoz: Y cuando acabas una gira lo que menos te apetece es ponerte a componer. Cuando te aburres de no hacer nada es cuando empiezas otra vez.

--Este disco, ¿es más filosófico y menos callejero?

--D. M.: Es un disco muy de verdad. Mònica Terribas nos ha dicho que era un disco más interior, y creo que sí. Quizá sea más autobiográfico.

--No hay elogios de la droga.

--J. M.: Ni canción protesta, como ‘Gafas de rosa’, del disco anterior. No queremos repetir patrones.

--Pues en estos cuatro años han pasado cositas en el plano político, empezando por esas cuatro elecciones.

--D. M.: Todas fallidas. Y estas van camino de ser fallidas también. Nos inspiraría a hacer una canción tipo El día de la marmota. Pero voy a decir una cosa, y lo diré bajito: cuando no hay gobierno parece que va mejor la cosa. Ahí lo dejo.

--Mensaje ácrata.

--J. M.: Pero en las entrevistas estamos intentando no politizar la parte de cultura de los medios. El otro día, hasta El chiringuito, de Pedrerol, estaba con las manifestaciones.

--D. M.: Y yo quería saber si se había lesionado Dembélé o no... En un diario, si llegas a las páginas de Deportes, yo quiero saber lo que le pasa a Messi, y en Cultura, pues a ver qué dice Albert Pla.

--Una de las canciones más sorprendentes del disco es ‘Pobre Siri’, una historia de amor con la voz de los teléfonos móviles.

--D. M.: Es irónica, pero no es tan divertida como parece. Encierra un mensaje crítico: que al final nos vamos a enamorar de verdad de Siri, una voz que no tiene sentimientos.

--Y la canción número nueve es una balada reflexiva, ‘El último renglón’.

--J. M.: El nueve, en nuestros discos, es el de la canción mágica.

--D. M.: Refleja una forma de describir mi interior. Es como una charla de psicólogo, con una primera parte sin ritmo y luego una batería que es un guiño que hacemos a Triana.

--La compañía les sugirió apuntarse al reguetón, ¿verdad?

--D. M.: Nos dijeron: «Chicos, os tenéis que modernizar». Fue un golpe en el hígado.

--J. M.: Quise entender esa propuesta, pero nunca hemos hecho música para la radio.

--D. M.: Yo les dije: «¿No veis que Los Chichos molaban más en los 70 que en los 80, cuando intentaron ponerse modernos?».

--Dos Sant Jordi sin haber pasado por ningún ‘talent show’.

--D. M.: Eso no lo quiero pensar. Nunca hemos pensado en el éxito que podemos tener. Y menos ahora. Tenemos que ser más David y Jose que nunca, no estopizarnos.

--Una mánager importante, Rosa Lagarrigue, les sugirió que hicieran ‘La Voz’ para así poder actuar en el Sant Jordi no una o dos noches, sino tres.

--D. M.: Rosa nos lo dijo con la mejor intención, con cariño, como si fuera nuestra madre, y ella no tenía nada que ver con el tema. Pero yo no me veo juzgando a los demás. No es que no me guste el programa; es que no sería yo.

--Hay una idea de Estopa como ejemplo de triunfadores hechos a sí mismos. ¿Es un cliché que les molesta?

--D. M.: Lo de Rockefeller, que comenzó vendiendo periódicos y acabó siendo el capo. Son ejemplos de un supuesto ascensor social gracias al cual, si te lo curras mucho y eres muy listo, puedes llegar arriba. Cuando yo creo que hay más gente a la que le toca la lotería que beneficiada del ascensor social. Nos molesta que nos usen para eso. Pero con nuestras canciones pretendemos ayudar a la gente en su día a día. Eso sí.

--Y bien, la respuesta del público confirma sus intuiciones cuando decidieron ignorar las llamadas a hacer reguetón.

--D. M.: Joder, es un descanso, ¿eh? Porque, aunque crees que llevas razón, siempre te queda la duda. Pero Rosalía ha dicho que le gustaba que decíamos muchas palabrotas y que había como un tabú ahí que quizá no exista en la música de ahora. Lo entiendo, puede pasar. Estas canciones son muy de tabú.

--¿Se han conocido?

--D. M.: Todavía no. Nos encantaría. Creo que como también es del Baix Llobregat hay ahí una conexión especial.

--J. M.: Ser de allí y mantener el entorno, los amigos... es la única manera de mantener los pies en el suelo.