Llega un punto en la vida en que una se pregunta qué demonios ha estado haciendo todo este tiempo. Ese punto aparece (año arriba, año abajo) alrededor de los 40. Lulú, la protagonista de la novela gráfica Lulú, mujer desnuda no solo se hace esta pregunta sino que pasa a la acción y, ante el asombro de familiares y amigos, deja a sus tres hijos y a su autoritario marido, abandona su hogar para sentirse viva.

El autor francés Etienne Davodeau narra las aventuras de Lulú en dos tomos, que ha publicado la editoral La Cúpula. Por partes narra también su compatriota Camille Jourdy (premio al autor revelación en el festival de Anguleme) la historia de Rosalie Blum, otra mujer del montón con una vida aparentemente anodina. Sin embargo, Rosalie oculta un terrible secreto, que no se desvela hasta el tercer tomo (también en La Cúpula). Otra mujer madura con hijo adolescente, la enfermera rural Anne Quennevilles, centra la última entrega de la trilogía Essex County, del canadiense Jeff Lemire (en Astiberri).

Estos tres trabajos tienen en común no solo una melancólica reflexión sobre todo lo que pudo ser y no fue en las vidas de las protagonistas, sino que, al contrario que los cómics de acción, convierten en material narrativo de primera calidad los momentos más aparentemente banales, como ir de compras al súper o dar un paseo por la playa. En los tres casos, el dibujo es aparentemente simple, como las vidas de sus personajes.

"Veo a mi alrededor muchas mujeres capaces de hacer lo mismo que Lulú, porque creo que las mujeres soportan más presión que los hombres en este estúpido mundo nuestro --explica Davodeau por correo electrónico--. Muchos hombres consideran que la decisión de Lulú no la tomaría una mujer de carne y hueso pero mis lectoras admiran su decisión y me comentan que les gustaría hacer lo mismo. Estoy orgulloso de que Lulú haya atraído a tantas mujeres al mundo del cómic, porque el cómic es de todos".

Entre las novedades de novela gráfica protagonizada por mujeres, la más autobiográfica es la extraordinaria Parecer es mentir , de la belga Dominique Goblet (Norma Editorial). La autora despliega todas sus dotes como artista para explorar sin compasión las relaciones entre madres e hijas, padres e hijas y entre parejas, siempre desde el punto de vista femenino. Su profundo conocimiento del mundo materno-infantil resulta en escenas que ponen los pelos de punta. Goblet retrata como nadie la sombra maternal y dibuja una mujer que, tras encerrar y maniatar a su hija de 4 años en el desván, se muestra como la más angelical de las madres. Sobrecogedor.